Tras el reciente fallecimiento de Gamaliel Salazar Miranda, un joven empresario con la pasión de ayudar al prójimo nació este fin de año el Gamatón, como iniciativa de su familia para continuar con su legado de humanidad y servicio en el sur de Tamaulipas.
Hace unos meses, partió de este mundo terrenal, pero sus acciones en vida han dejado huella y han impulsado a sus papás así como su hermano, a continuar con estas acciones, al regalar 100 tortas, 100 tamales, 100 juguetes y 100 bolsitas de dulces a niños de escasos recursos.
Su padre, Luis Javier Salazar Fernández, fundador de tortas Wawanko en Tampico, comentó Gamaliel, jamás platicaba sobre su activismo social y fue hasta hace poco, que descubrieron algunos videos, en donde hacía donación de comida, ropa y también aportaba para el transporte público del sector vulnerable.
Fue entonces como se le ocurrió la idea de continuar con estas acciones en beneficio de la población, comentando su plan a otro hijo Luis Javier Salazar Miranda y su esposa Leticia Miranda Balleza, quiénes lo apoyaron en todo momento.
Decidieron nombrarlo el “Gamatón”
Comenzaron llevando tortas y un pastel a los niños del Ejército de Salvación que se ubican en una conocida tienda en avenida Ejército Mexicano, mismos que este mismo fin de semana fueron por un centenar de beneficios más, para repartir en conjunto con la familia de Gamaliel, en colonias vulnerables.
En esta ocasión visitaron la colonia Pescadores y el Chairel en el municipio de Tampico como primera acción masiva pero se pretende que esto se convierta en un hábito permanente en memoria del joven empresario, que nunca dudó en ayudar al prójimo.
“El Gamatón nació después del fallecimiento de mi hijo Gamaliel, porque nos dimos cuenta a través de videos que nos mostró su pareja, cuando hacía obras sociales, donaba pizzas, comida a necesitados, teniendo el contacto directo sin fines de lucro, él nunca nos platicó nada de esto, pero ahora que lo sabemos, se nos ocurrió darle continuidad”.
En tanto, niños como adultos pasaron un fin de año feliz, al recibir la caravana de apoyo que llegó con los beneficios antes mencionados, convirtiéndose prácticamente en una fiesta, donde cada uno de los niños obtuvo su regalo de Santa Claus.
“Es un angelito, Dios sabe por qué hace las cosas”
El pasado mes de mayo la pequeña de tan solo 2 años de nombre Regina, fue diagnosticada con retinoblastoma, un agresivo cáncer invasivo en su ojo derecho y que se ha extendido al izquierdo, requiriendo de hasta un tratamiento que supera los 3 millones de pesos.
Esto en primera instancia fue como un balde de agua fría para sus padres, Francisco Ezequiel Florencia San Martin y Carmen Irene Orozco Cespedes, quienes sin tener conocimiento de este padecimiento, cayeron en la angustia y desesperación, como si fueran a un pozo sin fondo.
El primer visto médico de un especialista afirmaba que la mitad de su ojo derecho prácticamente era un tumor, por lo que es necesario extirparlo de manera inmediata, y que el otro también debería ser extraído por prevención ya que también estaba contaminado.
Nuevamente perdieron la cabeza y fueron sus demás familiares quienes estuvieron investigando a través de internet sobre otras posibilidades, ya que sus padres prácticamente estaban viviendo la peor pesadilla de sus vidas.
Encontraron a otro especialista en el estado de Nuevo León, y apoyaron a los padres que no tenían cabeza para nada, en llevar a la pequeña para una segunda opinión en donde encontraron una pequeña luz de esperanza para su bebé.
Con una quimioterapia que va intravenosa directamente a la zona de conflicto, es posible que puedan salvar uno de sus ojos, pero además de esto también pueden salvarle la vida.
La pequeña Regina requiere de por lo menos cuatro quimioterapias con un costo de 800 mil pesos cada una de ellas, teniendo que agotar todo el recurso a su alcance, tarjetas bancarias, tanto de débito como de crédito, pero para este padecimiento no hay recurso que alcance.
Esta situación tocó los corazones de familiares, amigos y vecinos, quienes cada uno de ellos comenzaron a aportar alimentos, productos y servicios para realizar una kermés con causa en el parque de la colonia Petrolera del municipio de Tampico en beneficio de Regina.
“Mi bebé es un angelito, Dios sabe por qué hace las cosas”, dijo su padre, quién está convencido que lograrán conseguir todo el dinero que se requiere con esfuerzo de todos, para que Regina pueda tener una vida plena en compañía de todos los que la aman.
“Estuvimos descontrolados, día y noche llorando, sin saber realmente qué hacer, porque es una enfermedad que no afecta solo al paciente, sino a todos los que lo rodean”.
Este lunes 29 de diciembre a las 04:00 horas se trasladarán a la ciudad de Monterrey para realizar el primer procedimiento de quimioterapia, previo a una serie de estudios.
