Este lunes 17 de noviembre se vivió el último día de despegue de más de 200 globos del Festival Internacional del Globo León 2025, y decenas de familias leonesas optaron por disfrutar el colorido espectáculo desde afuera del Parque Metropolitano de León.
Uno de los puntos preferidos fue la Av. Al Molino, donde numerosas familias estacionaron sus vehículos sobre el carril de baja velocidad para admirar el cielo pintado de colores.
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Además de contar con una vista privilegiada, desde lo alto se aprecia la Presa del Palote, muchas familias aprovecharon para ahorrar el costo de entrada al Parque Metropolitano, que este año fue de 335 pesos por persona.
Gracias a esto, familias numerosas como la de Guadalupe Vera, integrada por 11 personas, evitaron gastar alrededor de 3 mil 700 pesos solo en boletos.
En entrevista, Guadalupe compartió que esta no es la primera vez que disfrutan el FIG desde afuera; tienen cerca de cuatro años haciéndolo y, para ellos, es incluso mejor que entrar al Parque.
"No hay tanta gente como en el Metropolitano y pues es más cómodo; traíamos hasta sillas y está más a gusto", dijo.
Además, llevaron café y pan para acompañar la mañana. Llegaron a la Av. Al Molino desde las 5:30 a.m. y se retiraron después de las 9:00, no sin antes vivir la emoción de ver cómo dos globos aterrizaban frente a ellos, uno de ellos el reconocido globo del ‘reloj’.
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A sus 63 años, vio por primera vez el FIG… desde afuera
Otra de las personas que acudió a las afueras del parque para presenciar el festival fue María Lourdes Piña, de 63 años, quien por primera vez se dio la oportunidad de ver el FIG, a pesar de vivir en San Juan Bosco, muy cerca de la zona.
"Aunque yo vivo aquí, nunca me había dado la oportunidad de venir", relató.
María Lourdes llegó junto a su familia alrededor de las 7:00 de la mañana y se retiró cerca de las 9:30, luego de presenciar el despegue de casi 200 globos que llenaron de vida el cielo leonés.
También presenció de cerca el aterrizaje de dos aeronaves, lo que se convirtió en un momento memorable.
Estos dos globos causaron gran revuelo entre las familias que se encontraban más alejadas, provocando que muchas se acercaran para verlos de cerca y tomarse la tradicional foto del recuerdo.
Los niños fueron quienes más disfrutaron el momento, pues no imaginaron que podrían subirse a la canastilla y elevarse unos centímetros, según lo permitió por instantes el piloto.
