Uno de los temas que más debates ha causado en los últimos meses en la Ciudad de México es el proceso de gentrificación que ha tenido lugar en diversos sectores de la capital mexicana.
Recientemente, el gobierno encabezado por Clara Brugada Molina anunció el arranque de una serie de diálogos, foros y mesas de trabajo en algunas de las colonias afectadas. Una de las que se contempla como parte del llamado Bando 1 es la colonia Roma, en donde los departamentos se ofrecen a la venta en un rango que va desde los 4.5 hasta los 17 millones de pesos, dependiendo del portal en donde se consulte.
Pero, ¿cómo llegamos a este punto y cuál es la historia de la colonia Roma? En MILENIO te contamos los detalles.
Orígenes de la colonia Roma
Los antecedentes de la colonia Roma se pueden rastrear hasta la época de los mexicas, ya que su territorio se ubica en lo que antes era el barrio prehispánico de Aztacalco, un islote rodeado por canales de agua.
Durante la colonización, la población indígena que antes vivía y desarrollaba sus actividades en el centro de la ciudad fue desplazada hacia las zonas periféricas, ya que los conquistadores temían la posibilidad de alguna revuelta.
En consecuencia, surgieron diversos asentamientos en las áreas que rodeaban la ciudad, incluido el denominado La Romita. Documentos oficiales de la actual alcaldía Cuauhtémoc señalan que su nombre se debe a que un camino de cipreses en la antigua Calzada de La Piedad guardaba semejanzas con un paisaje de la ciudad de Roma, en Italia.
El surgimiento de la colonia Roma como una división territorial formal ocurrió a principios del siglo XX. El cirquero inglés Edward Walter Orrin, conocido en la década de 1880 por traer a México la primera pista con carpa de lona y luz eléctrica, se asoció con Cassius Lamm (ingeniero británico), Pedro Lascuráin (abogado mexicano que fue presidente por 45 minutos en 1913), Gabriel Morton y Edward Brown para constituir la Compañía de Terrenos de la Calzada de Chapultepec, S.A.
Dicha compañía adquirió en enero de 1902 el terreno conocido como Potrero de la Romita con la intención de establecer una colonia que contara con servicios de pavimentación, agua potable y parques. Mediante un convenio entre esta entidad y el Ayuntamiento, se aprobó la creación de la colonia Roma el 30 de noviembre de ese mismo año.
Las obras de saneamiento, alumbrado público y un proyecto de drenaje por debajo del suelo convertían a la colonia Roma en una muestra de la urbanización que buscaba la administración porfirista, notoriamente influenciada por los estándares de modernidad de Francia, Alemania e Inglaterra.
"Se incorporaron las innovaciones que en ese momento había en los sistemas de pavimentación y drenaje en Estados Unidos y una influencia del suburbio anglo americano en cuanto al manejo de los espacios verdes", puede leerse en un documento de la alcaldía Cuauhtémoc sobre esta colonia.
En la zona norte de la Roma se establecieron mansiones de acaudaladas familias, pero también aparecieron edificaciones destinadas a grupos menos privilegiados, los cuales dependían de créditos inmobiliarios ofrecidos por la Compañía de Terrenos.
Uno de los aspectos que caracterizó a la colonia Roma desde sus primeras décadas de existencia fue la heterogeneidad de sus habitantes, acorde con lo establecido por el investigador Manuel Perló Cohen en su artículo Microhistoria de la Ciudad de México. Un ejemplo de ello fue que, entre 1910 y 1920, las élites revolucionarias y un grupo importante de porfiristas convivieron en este sector, erigido en aquel entonces como un símbolo de progreso en la capital mexicana.

Un 'milagro' y un sismo: las causas de desalojos en la colonia Roma
Tras la Revolucion Mexicana, el Centro Histórico se consolidó como el punto principal de las actividades ligadas al poder presidencial y el surgimiento de nuevas instituciones favoreció la expansión demográfica hacia las colonias periféricas.
Con ello, a la parte sur de la Roma comenzaron a llegar profesionistas, comerciantes y funcionarios de gobierno, quienes se establecieron en múltiples edificios de departamentos.
Durante las dos décadas siguientes, la colonia se convirtió en una especie de refugio tanto para nacionales como para extranjeros. Quienes buscaban una mayor calidad de vida, o quienes huían de sus lugares de origen, encontraron en la colonia Roma un espacio "abierto y hospitalario", en palabras de Perló Cohen, quien cuenta con estudios de doctorado en planeación urbano-regional.
En este contexto, la zona se nutrió con connacionales de Oaxaca, Veracruz y Yucatán, así como con migrantes sirios y libaneses, o bien, con judíos que huían del nazismo europeo. "Para muchos, la colonia Roma constituía el mejor recuerdo de lo que habían tenido que abandonar", añade el especialista.
Luego del florecimiento de la colonia, en las décadas de 1940 y 1950 ocurrieron eventos que provocaron un severo impacto. El primero fue el congelamiento de rentas implementado durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho en 1942. Si bien un amplio grupo de habitantes se benefició de esta medida, muchos propietarios de edificios dejaron de darle mantenimiento a los inmuebles debido a esta restricción.
Otro hecho relevante fue la construcción del Multifamiliar Benito Juárez, inaugurado en 1952 y destinado a trabajadores del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Si bien atendía las necesidades de vivienda en un contexto de urbanización acelerada, el proyecto no fue del agrado de la clase alta.
Asimismo, el período de crecimiento económico conocido como 'Milagro Mexicano' favoreció el traslado de los sectores adinerados a colonias como Anzures, Polanco y Lomas de Chapultepec, de acuerdo con las observaciones del arquitecto Mauricio Mondragón Yépez, vertidas en su tesis de licenciatura.
Con la llegada del Sistema de Transporte Colectivo Metro y el Centro Médico Siglo XXI en funcionamiento, en la Roma y las colonias aledañas se aceleró la transición hacia los usos de suelo no habitacionales, pues el sector comercial y de servicios tuvo un notorio incremento. Asimismo, las residencias que caracterizaban a la Roma a principios de siglo fueron sustituidas por construcciones en altura, lo que aumentó la densidad poblacional y orilló a otros vecinos a abandonar la zona.
"Muchas edificaciones con valor histórico o arquitectónico, así como viejos edificios de departamentos, cayeron ante el ímpetu de las nuevas construcciones de altura, lo que significó la salida de numerosos vecinos y la desfiguración de la escala y el perfil original de la colonia", expone Perló Cohen en su texto.
Posteriormente, la colonia Roma sufrió un estrepitoso abaratamiento en el suelo a raíz del sismo de 1985, pues los costos de reparación en los inmuebles eran sumamente elevados. Ello, sumado al temor de nuevos deastres, derivó en una notoria caída en la demanda.

Antecedentes de la gentrificación actual
Mondragón Yépez apunta que, durante la década de 1990, los bajos costos en la colonia Roma fueron percibidos como una gran oportunidad para algunos, incluidos inversionistas de origen extranjero. Fue así que se restauraron varias de las construcciones afectadas por el siniestro de 1985 y surgieron nuevas casas, edificios de departamentos y contadas oficinas.
María Teresa Esquivel Hernández, maestra en Urbanismo y doctora en Diseño, señaló en un artículo de 2007 que uno de los factores que contribuyó al encarecimiento del suelo en algunas zonas del entonces Distrito Federal fue un proyecto implementado por Andrés Manuel López Obrador cuando fue jefe de gobierno.
En el año 2000, un par de días después de haber asumido el cargo, López Obrador anunció la puesta en marcha del Bando 2, una medida que buscaba contrarrestar la pérdida de población que experimentaban las alcaldías Cuauhtémoc (donde está la colonia Roma), Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza.
Así, se otorgaron facilidades a promotores privados interesados en construir viviendas de interés social en el sector central de la ciudad. Sin embargo, acorde con la investigación de Esquivel, esto fue aprovechado por los desarrolladores para poner en marcha sus proyectos en zonas con un costo de suelo más bajo, en donde residía población de menores recursos.
"La menor presencia de vivienda de interés social y el incremento de vivienda dirigida a sectores medios y altos de la población se vincula con el impacto especulativo que el Bando 2 generó en los precios del suelo", advirtió la especialista.
Sobre la relación entre la medida aplicada por López Obrador en la Ciudad de México (la cual estuvo vigente hasta 2006), Martí Batres argumentó en mayo de 2024, cuando era jefe de gobierno, que el Bando 2 buscaba evitar que se extendiera la mancha urbana en aquellos años.
En este sentido, señaló que el "desorden urbano" que existe en diversas zonas del país está relacionado con gestiones posteriores y proyectos inmobiliarios que surgieron, particularmente, entre 2012 y 2024.
Actualmente, la colonia Roma persiste como una zona altamente atractiva para turistas y migrantes de origen extranjero. Sin embargo, los proyectos de renovación urbana y la falta de planificación han provocado que los negocios y vecinos deban cubrir rentas excesivas, mientras que la oportunidad de adquirir una vivienda se convirtió en privilegio para unos pocos.
BM.