Carlos Acevedo López nació en Torreón, Coahuila, el 19 de abril de 1996, hijo de Carlos Enrique Acevedo Aguirre y Renata López, ambos especialistas en medicina. Siendo niño adquirió el gusto por el futbol por influencia de su padre, a quien acompañaba a presenciar los partidos del equipo Santos Laguna al desaparecido Estadio Corona de la colonia Las Carolinas. Ahí fue donde adquirió el gusto particular por la portería e inició un camino sinuoso, pero bien recompensado.
El guardameta de Santos afirma haber tenido una infancia divertida, llena de amor en el seno familiar, con un padre que pese a las adversidades que pudo tener, siempre intentó darles lo mejor.
“Tuvimos una buena educación y, sobre todo, nos inculcó valores a mí y a mis hermanas Ethel y Renata, así que tengo un grato recuerdo de esa figura paterna. Deportivamente a quien admirador esa otro lagunero, Oribe Peralta, ícono de la región”.
Fue a la edad de 10 años que Carlos ingresó a la escuela de futbol de Santos Laguna y de inmediato se puso los guantes, lo que marcó el comienzo de una relación seria con el deporte sin imaginar en lo que llegaría a convertirse y menos vivir de hacer lo que más le gusta, no sin antes pasar por una serie de imponderables.
Luego de tener pocas oportunidades en la institución Albiverde, por circunstancias de la vida y decisiones deportivas que son normales en el futbol, a la edad de 15 años se dio su primera salida del Club.
“Mucho influyó mi baja estatura, de ahí que me llamaran ‘Carlitos’; pero, por azares del destino, empecé a dar el estirón, mi cuerpo se alargó y regresé a Santos cuando casi cumplía los 17 años, aunque 8 meses después volví a causar baja por determinación de los entrenadores”.
Más tarde, Acevedo fue invitado a retornar a Santos debido a un accidente carretero que tuvieron quienes habían sido sus compañeros del equipo Sub 17. Se le abrió de nuevo la puerta y esta vez sería definitiva, ya que su físico lo respaldaba y acompañaba a sus reflejos bajo los tres palos.
Creció bajo la tutela de Nicolás Navarro, entrenador de porteros, así como de Oswaldo Sánchez, luego trabajó a la par de Agustín Marchesín y Jonathan Orozco, este último, fue quien le pasó la estafeta de titular.
Logros
Para Carlos, uno de los mayores logros de su carrera como futbolista ha sido debutar en Primera División, un sueño que percibía lejano por cómo fue su proceso de fuerzas básicas luego de participar en pocos partidos en inferiores.
Está también su debut con la Selección Nacional, uno de sus grandes objetivos, y sin duda ser parte del Campeonato de Santos Laguna en 2018.
“Representar a México ha sido algo que me dio mucha alegría, para mí fueron momentos que nunca imaginé y que, una vez adentro, me permitió disfrutar de una experiencia extraordinaria. Eso me ayudó hacer realidad un sueño”.
Orgullo lagunero
Carlos describe ser lagunero como una persona luchadora, trabajadora que se distingue por esa empatía y tener buena comunicación, que sabe abrirse a buenas relaciones, de sangre muy liviana y solidario con los demás:
“Somos gente que no se rinde nunca y siempre lucha por sus sueños, y los logra a pesar de las adversidades”.
Se considera parte de una generación positiva, trabajadora, que busca el bien de la familia que, a pesar de los tiempos cambiantes, conservan el humanismo y la humildad.
Los valores que lo han guiado dentro y fuera de la cancha, en esencia ha sido la humildad en primer plano, pues se apega a no sentirse más que los demás, manejarse siempre con prudencia. Luego está el respeto, que considera muy importante para el ser humano y su trascendencia.
La Laguna
Su percepción del desarrollo de la Comarca Lagunera es que ha crecido en los últimos años y en su rango lo ve primero a través del deporte con Santos, así como en otros deportes, pero también en el tema gastronómico, social y el inmobiliario.
En su mente está el tener la posibilidad de cambiar una realidad en la comunidad a través del futbol:
“Me interesa el impulso al deporte en los jóvenes, en niños que sufren en el seno familiar o tienen problemas de drogadicción, ayudar a quienes pasan momentos complicados en su vida para tratar de superar todas las adversidades”.
Resalta el potencial económico de la región y pone como muestra las grandes empresas que son pilar del desarrollo local y nacional, ya sea en el ramo lechero, comercio, ganadería y minería.
Por eso se declara defensor de La Laguna a donde quiera que va, pues afirma que muchas personas de otras ciudades desconocen la realidad de una región con gran potencial de crecimiento donde sus condiciones climáticas peculiares pueden ser consideradas como uno de muchos atractivos, por eso define a esta tierra como un lugar en constante crecimiento:
“Un lugar lleno de amor y maravilloso, donde uno disfruta de sus lugares emblemáticos, principalmente de la Plaza de Armas, la Alameda, el Bosque y disfrutar de una buena nieve o un elote”.
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