La diócesis de Tula reactivará gradualmente todas sus operaciones bajo las recomendaciones sanitarias por la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que en el caso de las misas solo se permite un 30 por ciento de aforo, según dio a conocer el obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez.
El prelado se dirigió a los feligreses y señaló que ya son “cuatro meses de confinamiento a causa de la pandemia que a todos nos ha sorprendido con sus consecuencias impredecibles en lo social, político, económico, y también en lo religioso”.
Destacó que como parte de las medidas sanitarias, se suspendieron muchos servicios de la diócesis. “A partir de la última semana de marzo hemos atendido a nuestros fieles y animándolos desde la fe y la esperanza en todos los servicios religiosos más indispensables, y suspendiendo, posponiendo, fiestas y muchas actividades ya programadas en nuestras tareas patronales”.
No obstante, expresó que con el semáforo epidemiológico en color naranja para Hidalgo se les permitió reabrir los templos, “reabrimos nuestros templos, sin bajar la guardia en el cuidando de la salud personal y la de nuestros fieles, siguiendo en todo las indicaciones sanitarias de las autoridades civiles y de salud”.
El representante del obispado de Tula dijo que poco a poco reabrirán “las actividades pastorales relacionadas con la celebración de los sacramentos, de las pláticas presacramentales, catequesis y otras en las que participan activamente nuestros agentes de pastoral”.
Lo anterior pues “en las dos últimas semanas hemos estado preparándonos para esta reapertura con los criterios que han dado, tanto la Comisión del Episcopado Mexicano (CEM) el 15 de mayo, como las orientaciones litúrgicas para reanudar el culto religioso en tiempo de pandemia, que nos proporcionó la Comisión Episcopal de Pastoral”.
Juárez Meléndez destacó que “esto ha sido comunicado a todos los hermanos sacerdotes por la vía de comunicación oficial del presbiterio y también por los padres foráneos”.
Y agregó: “auxiliados con nuestros agentes de pastoral, podremos ir reactivando gradualmente nuestras actividades en la parroquia, incluyendo los pueblos, colonias o barrios de la misma”.
Pero “conviene que en las celebraciones dominicales y de fiestas solo participe el 30 por ciento de fieles, hasta nueva indicación para ir aumentando posteriormente”.
Confió en que “guardando con responsabilidad las medidas sanitarias no expongamos a nuestros fieles a un posible contagio”.
Por último el obispo de la diócesis dijo que la nueva normalidad tras la pandemia del coronavirus requerirá compromiso y creatividad en su misión de difundir el evangelio, pues supondrá un cambio de época, al cual responderá la iglesia.