La enfermería me ha permitido brindar lo mejor de mí a las personas que lo necesitan, destacó Araceli Tochihuitl Flores, Jefa de Enseñanza de Enfermería del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado de Puebla (Issstep).
En entrevista para MILENIO, la profesional de la salud con más de 23 años de experiencia contó que este no es un trabajo para cualquiera, pues requiere de disciplina y empatía.
"La enfermería es una disciplina que me ha dado mucho, siempre he dicho que no cualquiera puede ser enfermero o enfermera, se requiere mucha disciplina, mucha empatía y, sobre todo, hacer lo que mejor podemos hacer con base en nuestros conocimientos para aquellos que confían su salud en nuestras manos".
Araceli narró a esta casa editorial que su interés por la enfermería surgió cuando cursaba la secundaria y fue de manera intuitiva porque le gusta ayudar a los demás.
"Necesitas pasión por ayudar a tus semejantes y, sobre todo, empatía por el cómo te gustaría que fueran contigo si tú estuvieras en el hospital".
Ella se ha desempeñado como enfermera desde 1996 y ha pasado por distintas clínicas de la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Hospital Betania lo que ha permitido vivir de cerca muchas experiencias, en su mayoría, positivas, como Don Bonfilio, a Carlitos, a Yareli y otros pacientes pediátricos "que han salido adelante y me enseñaron que elegí la profesión correcta", comentó.
"Nosotros somos el vínculo para que ellos estén cerca de sus familias, muchos tal vez no recuerdan quién los atendió en casos anteriores, pero en esta pandemia ha venido a demostrar que lo que nosotros hacemos nadie más lo puede hacer mejor".
En su área es la encargada de mantener actualizado y a la vanguardia al personal de enfermería del Issstep, sin embargo, la llegada del covid-19 a Puebla la hizo trabajar más fuerte que nunca, pues fue la encargada de capacitar a sus compañeros en los nuevos procesos que la pandemia requería.
"La pandemia hizo eco en nosotros mismos y nos vino a decir que aprendemos siempre, que somos vulnerables como personas y como profesionales, tuvimos que adaptarnos a un equipo de protección personal que limita la oxigenación, que hace sudar mucho, compañeros tuvieron deshidrataciones, caídas".
Aunque Araceli reconoció que ser enfermera es una labor de alto riesgo para los tiempos que actualmente enfrentamos como sociedad, dejó en claro que su vocación le permite a ella y a sus compañeros adaptarse a cualquier condición.
"La pandemia vino a ponernos en jaque en el sentido de que no sabíamos a qué nos enfrentaríamos, contra qué estábamos luchando a sabiendas de que los tratamientos no eran los ideales, estamos acostumbrados a adaptarnos a lo que se presente".
AFM