La resistencia antimicrobiana amenaza con convertirse en el 2050 en la causante de más de 10 millones de fallecimientos al año, superando a enfermedades crónicas como el cáncer, advirtieron especialistas.
Ingrid Olivares, líder de estrategias clínicas de Essity para Chile, señaló que la tendencia global mantiene un crecimiento sostenido.
“Para el año 2050 está descrito que la resistencia antimicrobiana va a ser responsable de 10 millones de muertes por año en el mundo. Esto es un tremendo número. Al menos el 30 por ciento de los antibióticos que diariamente se prescriben en el entorno ambulatorio son innecesarios”, explicó por la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM).
La Organización Mundial de la Salud la considera una de las diez amenazas más graves para la salud pública. Actualmente provoca 1.27 millones de muertes al año, una cifra mayor que la del VIH o la malaria. Estas infecciones resistentes no solo elevan la mortalidad, también presionan a los sistemas de salud con estancias hospitalarias prolongadas, cirugías repetidas y mayores costos.
Olivares explicó que el uso indiscriminado de antibióticos ha debilitado la capacidad de respuesta a infecciones que antes se resolvían con tratamientos de primera línea.
“Cuando se utiliza un exceso de antibiótico, infecciones comunes como un resfrío, una infección intestinal o incluso una herida se puedan volver intratables”.
La pandemia aceleró la presión bacteriana. “Durante la pandemia el uso de antibióticos aumentó alrededor de un 75 por ciento a nivel global y eso originó todavía más cepas con resistencia antimicrobiana”.
Consecuencias médicas ya visibles
Priscila Cantú, líder clínica de Essity para México, indicó que la resistencia ya afecta los resultados de tratamientos cotidianos. “Cuando realmente necesitemos un medicamento antimicrobiano para alguna infección bacteriana, ya no nos van a servir”.
La especialista recordó un caso que muestra el deterioro de la eficacia farmacológica. “Un mes entero, cuatro semanas de diferentes antimicrobianos y ya hasta el último que agoté los recursos más extremos pudo tener cambio y es una infección simple”.
México enfrenta uno de los niveles más altos de automedicación antibiótica en América Latina. A ello se suman enfermedades crónicas mal controladas, como la diabetes, que generan un alto volumen de heridas complejas. Según la Secretaría de Salud, más de la mitad de las amputaciones están relacionadas con infecciones resistentes.
Cantú añadió que las heridas crónicas son un punto crítico. “Hasta el 60 por ciento de las amputaciones por una úlcera de pie diabético son precedidas por un proceso infeccioso”.
El dolor prolongado también impacta la calidad de vida. “Hasta el 80 por ciento de los pacientes con heridas crónicas van a llegar a presentar un dolor persistente cuando se le hace el recambio de los apósitos o la curación”.
En hospitales de la región se reporta con frecuencia la presencia de Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii con resistencia múltiple, lo que aumenta la mortalidad y dificulta el control de brotes.
Además, investigaciones advierten que el sobreuso de antimicrobianos tópicos, incluidos apósitos antiguos y ungüentos que “ya no están recomendados”, sigue alimentando la resistencia antimicrobiana en heridas agudas y crónicas. También se describe la presencia de biopelículas, “comunidades complejas de microorganismos que alargan la cronificación de las heridas y favorecen la resistencia”.
Una novedad tecnológica para reducir el uso de antibióticos
Un estudio de Mark G. Rippon y Alan Rogers, que revisó más de nueve mil quinientas publicaciones y ciento cinco estudios clínicos, concluyó que ya existen bacterias capaces de desarrollar resistencia a la plata. Advirtió además que la exposición prolongada puede generar resistencias cruzadas a antibióticos.
Ante este escenario, las expertas presentaron Cutimed Sorbact, una tecnología basada en el mecanismo físico DACC, dialquilcarbamoilo cloruro, que atrae y fija bacterias y hongos al apósito para retirarlos sin liberar agentes químicos ni antimicrobianos.
“La tecnología Sorba lo que hace es capta, inhibe y remueve. Las bacterias y los hongos se unen hacia el apósito de manera irreversible”, explicó Cantú.
Subrayó que este mecanismo no favorece la resistencia. “No tenemos posibilidades de generar resistencia antimicrobiana, porque no estamos matando los microorganismos, sino inactivándolos”.
Manuela Ossa, directora de marketing de Essity, señaló que alrededor de tres mil 300 clínicas y hospitales en 65 países utilizan ya esta tecnología en heridas infectadas o con riesgo de infección.
También destacó que existen más de 40 estudios que incluyen a más de ocho mil pacientes en el mundo y 40 años de uso exitoso de la tecnología.
Los resultados clínicos respaldan su uso: “En un ensayo clínico la reducción de bacterias fue del 73 por ciento con el DAC versus 42 por ciento con la plata”.
Añadió que los resultados en poblaciones más amplias han sido consistentes. “El 93 por ciento de las lesiones tratadas con el DAC curaron. 21 por ciento cerraron totalmente y 72 por ciento mejoraron”.
Ossa recordó que algunos productos comúnmente usados necesitan ser reevaluados. “Hoy en día sabemos que el yodo es tóxico y que la plata ya genera un riesgo de resistencia tópica en esas bacterias que están en nuestras heridas”.
El estudio también muestra datos económicos clave: el 40 por ciento de las heridas crónicas desarrolla una infección, lo que aumenta el tiempo de curación y los costos asociados; una úlcera de pie diabético infectada puede ser 54 por ciento más costosa que una no infectada. Además, alrededor del 6.5 por ciento del costo total del cuidado de las heridas crónicas proviene de los productos, mientras que el resto corresponde al tiempo profesional, lo que abre un margen importante de ahorro.
Disponibilidad y regulación en México
Alejandra Pulido, directora de comunicaciones de Essity para México y Centroamérica, confirmó que la tecnología ya se encuentra regulada en el país. “El producto desde hace muchos años ya se distribuye aquí. Contamos con el registro sanitario de todas nuestras versiones de Putimed Sorbact. Muchos hospitales desde hace varios años consumen este producto”.
Organismos internacionales insisten en que la resistencia antimicrobiana requiere acciones inmediatas: vigilancia epidemiológica, uso racional de antibióticos y adopción de tecnologías que no generen resistencia. Las especialistas advirtieron que la región atraviesa un momento decisivo para frenar la expansión de infecciones intratables.
LG