Cuando hablamos del crecimiento y del desarrollo infantil, no basta con alimentar: es imprescindible nutrir. Los primeros años de vida, desde el nacimiento hasta los cinco años, conforman lo que especialistas denominan una “ventana de oportunidad” crítica para establecer patrones de nutrición que determinarán la salud física, cognitiva, emocional y metabólica en la adolescencia y adultez.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que, en niños menores de 5 años, la ingesta de azúcar añadida no supere el 10 por ciento de la ingesta calórica diaria, siendo lo ideal mantenerla por debajo del 5 por ciento.
Esta medida contribuye a prevenir caries dental, sobrepeso, obesidad y otros problemas metabólicos que pueden tener consecuencias incluso irreversibles si no se corrigen temprano.
¿Por qué la nutrición infantil es tan importante?
Desarrollo físico y mental: Durante la primera infancia se forman órganos, sistemas inmunológicos, el cerebro, los huesos. Una dieta deficiente en nutrientes como proteínas, hierro, zinc, y vitaminas A, D y del complejo B puede afectar el crecimiento de talla, la capacidad de concentración, el rendimiento escolar, y aumentar la vulnerabilidad ante infecciones, indica la Secretaría de Salud federal.
Prevención de enfermedades crónicas: Cuando los hábitos de alimentación son poco saludables desde niños: alto consumo de azúcar, grasas saturadas y sodio, alimentos ultraprocesados, se elevan los riesgos de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y problemas dentales: “en México, uno de cada tres niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años tienen sobrepeso u obesidad”, se indica en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2022)
Impacto en la salud bucal: Caries dental es una de las enfermedades más comunes en la infancia. El azúcar es la principal fuente de alimento de bacterias como Streptococcus mutans, las cuales producen ácidos que deterioran el esmalte dental. Evitar el azúcar añadido desde edades tempranas es una medida preventiva efectiva, señalan especialistas de la Asociación Dental Mexicana.
Riesgos de los alimentos con azúcar añadido
Los alimentos ultraprocesados suelen tener muchos ingredientes que resultan problemáticos: azúcar añadido, grasas poco saludables, sodio, aditivos, escasa fibra. Estos productos aportan “calorías vacías”: satisfacen en lo energético, pero no en nutrientes esenciales.
Un consumo temprano y habitual de azúcar añadida puede “programar” preferencia por sabores dulces, lo que dificulta que los niños acepten sabores naturales como los de frutas, verduras o alimentos menos azucarados. Estudios recientes muestran que esa exposición temprana disminuye la aceptación de frutas y verduras.
Al respecto, Germán López, vicepresidente de Nestlé Nutrición en México, considera que cada decisión alimentaria de los padres impacta en el futuro de sus hijos: “con nuestras opciones sin azúcares añadidos, ofrecemos nutrición especializada, fomentando hábitos saludables desde la infancia”.
Agrega que los productos desarrollados por la empresa están “científicamente formulados para aportar los nutrientes esenciales y promover la aceptación de sabores naturales, apoyando un desarrollo equilibrado”, puntualizó.
Por ello, expertos en nutrición de NIDO comparten consejos para ayudar a que los más pequeños lleven una dieta más saludable.
Acciones concretas recomendadas:
Priorizar alimentos frescos a temprana edad: Introducir frutas y verduras variadas en textura, color y sabor para que el paladar se acostumbre a diversidad; rol del paladar temprano en reducir la preferencia por lo dulce artificial fuerte.
Impedir el consumo de snacks industriales: golosinas, refrescos, productos con muchos aditivos o azúcares añadidos deben de eliminarse de las listas de alimentos que se consumen en los hogares..
Evitar alimentos con azúcar añadida: jarabes, mieles, azúcar de mesa, y especialmente bebidas azucaradas. Leer etiquetas para identificar “azúcar añadido” u otros nombres (jarabe, néctar, dextrosa, etc.).
Entender etiquetas nutricionales: Saber qué aportes en azúcar, sodio, grasas saturadas tienen los productos, así como identificar los sellos de advertencia. Esta herramienta permite tomar decisiones informadas al comprar.
Elegir productos lácteos para niños entre 1 y 3 años: NIDO es un producto sin azúcar añadida que satisface las necesidades nutricionales específicas de los infantes de 1 a 3 años. Este producto se caracteriza por su contenido de un billón de probióticos y está fortificado con vitaminas y minerales esenciales para el crecimiento, incluyendo hierro, zinc y vitamina D. Además, NIDO proporciona proteínas en cantidades adecuadas, asegurando un aporte equilibrado de macronutrientes vitales para el desarrollo saludable de los niños en esta etapa crítica de su vida.
Cereales integrales para una energía sostenida: Avena, pan integral y amaranto son alimentos que liberan energía de manera gradual, evitando picos de glucosa que generan cansancio o falta de concentración, además son fuente de fibra, indispensable para una digestión saludable.
Endulzar con ingredientes naturales: Plátano maduro, puré de manzana, dátiles o calabaza son aliados para sustituir el azúcar refinada en postres y colaciones caseras. Estos ingredientes no solo aportan dulzor, sino también nutrientes adicionales y una mejor textura en las preparaciones.
Crear entornos saludables: En casa, en la escuela, en comunidades. Cuidar que en las escuelas restrinjan la venta de alimentos chatarra y promuevan alimentos nutritivos. Que los cuidadores modelos consuman hábitos saludables. Apoyo institucional en políticas de regulación de publicidad, etiquetado frontal, impuestos a bebidas azucaradas, etc.
Finalmente, expertos reiteran que NIDO cuenta con una línea de productos especialmente diseñados para la infancia, que además de estar libres de azúcar añadida, ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal, fortalecen el sistema inmunológico y mejoran la digestión, además de incluir vitaminas y minerales esenciales para su desarrollo.
RRR