Los carbohidratos han sido considerados, equivocadamente, los “malos del cuento” en cuanto a lo que nutrición se refiere. Hoy en día se reconoce su importancia y la necesidad de consumirlos a diario como parte de una correcta alimentación.
Su función principal es proveernos de energía. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que entre 45 y 60 por ciento de la energía diaria provenga de esta fuente, por lo que debemos consumir carbohidratos en nuestra alimentación en las cantidades adecuadas.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), los carbohidratos son compuestos que contienen carbono, hidrógeno y oxígeno. En el proceso metabólico se queman para producir energía. En la dieta humana se encuentran sobre todo en forma de almidones y azúcares.
En los últimos años se pusieron de moda y pueden encontrarse por todos lados dietas que eliminan el consumo de carbohidratos y prometen una rápida pérdida de peso. Para Ana
María González, nutrióloga certificada, estas dietas de reducción de peso, que se basan en altos contenidos de proteínas, son contraproducentes para el organismo.
“Lo que pasa es que de alguna manera el cuerpo se va comiendo el músculo y va perdiendo agua. Desafortunadamente, en nutrición hay modas y se replican ciertos mensajes erróneos sin que haya una evidencia científica fundamentada”, apuntó.
“Se habla mal de los carbohidratos porque proporcionan energía, es decir, calorías, como si las calorías fueran malas, cuando en realidad lo malo es el exceso, las cantidades de más que la mayoría de las personas consumen; pero los carbohidratos per se son muy necesarios, porque además de la energía nos aportan vitaminas, principalmente del complejo B y fibra, que es necesaria para tener una buena digestión, añadió.
Destacó que cuando una persona detecta que está subiendo de peso lo primero que piensa es en bajar el consumo de los carbohidratos, sin consultar a un especialista, y entonces se baja de peso, pero en realidad se pierden agua y músculos, y no grasa. La recomendación es bajar el consumo total de calorías, y no solo de carbohidratos.