La relación corazón-calvicie lleva ya algunos años de estudio. En 2008, un grupo de científicos descartó la posibilidad de que la alopecia estuviera relacionada con mayor riesgo de infarto. Sin embargo, una investigación publicada en abril de este año arroja nueva información al respecto.
El artículo de la revista Hormones analizó datos de 154 mil 970 hombres del Biobanco del Reino Unido para calcular el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) utilizando un método estadístico que evalúa el impacto de diferentes factores.
Los investigadores de la Universidad de Shandong ajustaron los datos considerando aspectos como edad, estilo de vida y condiciones médicas. También utilizaron un modelo matemático especial para identificar asociaciones más complejas y no lineales entre los niveles de hormonas sexuales y el riesgo de ECV.
A partir de este proceso, se le dio seguimiento a más de 20 mil hombres durante unos 13 años. Aunque no encontraron una relación causal directa entre calvicie y enfermedad cardiovascular, sí identificaron asociaciones importantes cuando existen factores combinados.
Aquellos con niveles más altos de testosterona total tenían un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Además, los niveles altos de una proteína llamada globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG) se asociaron con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Durante el seguimiento notaron que, si un hombre había tenido vello facial o la voz más grave antes de los 13 años, o padecía calvicie coronaria en la adultez, corría mayor riesgo de desarrollar ECV.
Esto llevó a los autores a concluir que, aunque la alopecia androgenética como rasgo genético aislado no es como tal la causa de una enfermedad cardiovascular, cuando aparece en combinación con otros factores hormonales o de desarrollo temprano, podría ser una señal de alerta importante.
¿Por qué se da la calvicie?
La pérdida de cabello en la parte superior de la cabeza es conocida como alopecia de vértice. Aunque puede afectar a mujeres, se le suele relacionar principalmente con la calvicie masculina.
De acuerdo con Cleveland Clinic, la calvicie de patrón masculino es un proceso que ocurre a lo largo de siete etapas, según la escala de Norwood. En la primera, la pérdida es poca, y pasa casi desapercibida. En la segunda, el cabello de las orejas y la sien comienzan a caer.
En la siguiente etapa, la recesión se vuelve evidente: la falta de cabello va formando una M o una U. La situación se agrava en el nivel 4, cuando la coronilla comienza a quedar desprotegida.
En las fases más avanzadas la calvicie gana territorio. La recesión de la línea del cabello continúa hasta conectar con la zona calva de la coronilla, lo que marca una pérdida significativa en la parte superior de la cabeza. En la etapa 6, la franja de cabello entre las sienes y la coronilla se debilita notablemente o desaparece por completo, dejando una zona extensa vacía.
Finalmente, en la etapa 7 alcanza su máximo desarrollo: la parte superior de la cabeza está completamente desprovista de cabello, sólo queda una banda fina alrededor de los lados y la parte posterior.
¿Qué origina la calvicie?
La caída del cabello puede responder a múltiples factores, más allá de la genética. Si bien la alopecia androgénica —de origen hereditario— es la forma más común tanto en hombres como en mujeres, no es la única causa. Según la Clínica Mayo y Harvard Health, entre los detonantes también se encuentran los cambios hormonales (como los que ocurren durante el embarazo, el parto o la menopausia), ciertos trastornos médicos (como enfermedades tiroideas o autoinmunes).

Asimismo, el uso de peinados muy tirantes —como trenzas o colas de caballo— puede causar alopecia por tracción, una forma evitable de calvicie. Los tratamientos cosméticos agresivos, el uso excesivo de calor o productos químicos, y deficiencias nutricionales, especialmente de hierro y proteínas también son factores para la pérdida de cabello.
El estrés intenso y tratamientos como la quimioterapia, así como algunos medicamentos, incluidos los que se recetan para la presión arterial, el acné o la depresión, también pueden desencadenar la caída.
En general, los desequilibrios internos o externos afectan el crecimiento natural del cabello, lo que da lugar a una pérdida temporal o permanente, todo depende, en gran medida, de la causa subyacente.
No hay un solo tipo de pérdida de cabello
Existen distintos tipos de alopecia, cada uno con características propias, evolución y posibles tratamientos, por lo que siempre es mejor consultar a un médico.
Conocida como calvicie de patrón masculino o femenino, tiene origen genético y hormonal. En los hombres se presenta con entradas pronunciadas y pérdida en la coronilla; en mujeres, con un adelgazamiento difuso del cabello en la parte superior del cuero cabelludo, sin afectar la línea frontal. Es la forma más frecuente de alopecia a nivel mundial.
La alopecia areata es una condición autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, provocando la caída del cabello en parches. Puede afectar tanto la cabeza como otras zonas del cuerpo y, en algunos casos, avanzar hacia una pérdida total del cabello (alopecia total) o del vello corporal (alopecia universal).
Como su nombre lo indica, la alopecia por tracción es causada por peinados que ejercen tensión prolongada sobre el cuero cabelludo. Es reversible si se detecta a tiempo, sin embargo, si el daño al folículo se vuelve crónico, puedo que ya no haya remedio.
Conocido en el ámbito médico como efluvio telógeno, esta forma temporal de pérdida de cabello es provocada por eventos estresantes, cambios hormonales, enfermedades o cirugía. Lo positivo de este caso es que el cabello vuelve a crecer en unos meses.
Estudios pioneros sobre la alopecia androgenética (AAG) y su relación con las hormonas androgénicas dirigidos por el Dr. James Hamilton durante la década de 1950 estimaron que entre el 30 % y el 50 % de los hombres la desarrollaban antes de los 50 años. Sin embargo, nuevas investigaciones han encontrado que algunas personas, especialmente las de ascendencia asiática o pelirrojos, tienden a ser menos propensas a la calvicie.
En México, cinco de cada 10 hombres entre 20 y 30 años de edad sufren alopecia androgenética, mejor conocida como calvicie, según afirmó Armando Medina Bojórquez, especialista en dermatología de la Facultad de Medicina (FM) para Gaceta UNAM en 2019.
La calvicie y su relación con el corazón
En una revisión publicada en el British Medical Journal que recopiló estudios entre 1950 y 2012, concluyó que la calvicie, especialmente en la coronilla, podría estar asociada con un mayor riesgo de enfermedad coronaria, una afección en la que las arterias coronarias, que llevan sangre al corazón, se estrechan debido a la acumulación de placa.
El análisis incluyó seis estudios con más de 40 mil hombres, y encontró que quienes tenían calvicie en la parte superior de la cabeza presentaban un riesgo significativamente mayor de enfermedad cardíaca, especialmente si eran menores de 60 años.
No obstante otro estudio liderado por Eyal Shahar, epidemiólogo de la Universidad de Arizona, publicado en el American Journal of Epidemiology en el que se analizó a 5 mil 056 hombres entre 52 y 75 años y concluyó que no había una relación significativa entre la calvicie masculina y el riesgo de infarto o aterosclerosis subclínica.
Aunque se observaron algunas asociaciones débiles entre ciertos patrones de calvicie (como la frontal o en la coronilla) y el infarto, los autores señalaron que la gravedad de la calvicie no se correlaciona consistentemente con un mayor riesgo cardiovascular.
Al debate científico se suma el estudio reciente por lo que, aunque la situación parece no ser concluyente, hay evidencia para sospechar que ciertos patrones de calvicie podrían coincidir con mayor riesgo cardíaco —no porque la calvicie cause infartos, sino porque podrían compartir mecanismos biológicos comunes.
LHM