Solo el uno por ciento de la población tiene la habilidad del ambidestreza, que es la capacidad de escribir y realizar otras tareas con ambas manos. Aunque puede que no formes parte del exclusivo grupo, la ambidestría se puede ir adquiriendo poco a poco si se tiene paciencia.
Los ambidiestros no poseen un hemisferio dominante en el cerebro, por lo que el control se divide entre las dos partes. Y aunque la correlación no está amparada por ningún estudio científico, existen personajes ambidiestros que han destacado en distintos campos como: Albert Einstein, Paul McCartney, Benjamin Franklin y Harry Truman.
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Si quieres aprender a controlar el lado rebelde de tu cerebro —ya sea el izquierdo o el derecho—, puedes comenzar a domesticarlo con estos sencillos consejos.
Nivel 1: Juega con con la mano contraria
Es importante que que empieces con tareas cotidianas que no sean peligrosas, porque de lo contrario podrías lastimarte u ocasionar accidentes. La idea es que realices acciones con la mano que casi no utilizas —izquierda, si eres diestro; o derecha, si eres zurdo—, tales como: cepillar tus dientes, peinarte o pasar la página de un libro. Para hacerlo más sencillo, intenta meter la mano dominante en el bolsillo o dejarla sobre la mesa.
Nivel 2: Pon a prueba tu habilidad
Estas tareas son más complejas, pero no imposibles si ya dominaste las del nivel anterior. Si quieres educar más a tu cerebro puedes utilizar tu mano no dominante para atarte los cordones del zapato, cerrar y abrir la puerta con llave, o practicar algún deporte.
Nivel 3: Sólo para expertos
Si ya dominas las tareas anteriores, puedes ser más exigente con tu cerebro al realizar estas actividades con tu mano no dominante: cambiar el cuchillo y el tenedor de manos a la hora de comer, escribir o tocar algún instrumento musical.
FM