El gobierno de España y el Partido Socialista (PSOE) - principal partido de oposición- acordaron celebrar elecciones en Cataluña en enero, dentro de un paquete de medidas especiales para intentar resolver la mayor crisis política del país en varias décadas.
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Es probable que la decisión avive las tensiones entre España y los activistas independentistas catalanes. El gobierno regional catalán afirma tener el mandato de separarse de España tras un referendo ilegal celebrado el 1 de octubre y no quiere celebrar nuevas elecciones regionales.
El gobierno central tiene previsto celebrar el sábado un Consejo de Ministros para iniciar la activación del Artículo 155 de la Constitución española, que permite a las autoridades centrales asumir todas o parte de las competencias de cualquiera de las 17 comunidades autónomas del país.
La medida, que no se ha utilizado desde la restauración de la democracia tras la dictadura del general Francisco Franco, necesita la aprobación del Senado. El gobernante Partido Popular (PP) tiene mayoría absoluta en la cámara alta, de modo que podría aprobarla por sí mismo con facilidad a partir del 27 de octubre.
Sin embargo, el PP ha celebrado negociaciones con el principal grupo opositor, el PSOE, sobre la mejor forma de aplicar el Artículo 155 para hacerlo con un mayor consenso.
Carmen Calvo, miembro del PSOE, anunció el viernes que se había alcanzado un acuerdo con el gobierno español para la celebración de nuevas elecciones en Cataluña el próximo enero.
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Entre tanto, independentistas catalanes llamaron a sus seguidores a retirar dinero en efectivo de las entidades financieras que han trasladado su sede oficial a otros lugares de España.
RSE