Tras la aclaración y castigo al escolta
agresor de mi compañera Yenzi Velázquez,
a ella mi solidaridad.
El temor que tienen los usuarios y los operadores del transporte público de ser asaltados y que manifestaron ayer en una marcha en el centro de la ciudad, se identifica ya en la Encuesta de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública 2014 al resultar ese espacio el que los ciudadanos perciben como el segundo más inseguro con el 67.6 por ciento, superado sólo por el 76.9 por ciento que se siente en mayor riesgo en un cajero automático, pero por arriba del 63 por ciento que siente temor de estar en un banco.
En ese mismo segundo lugar aparecen los camiones del transporte público en la Encuesta de percepción ciudadana sobre calidad de vida, del Observatorio Jalisco Cómo Vamos, sólo por debajo de la sensación de inseguridad que en esta medición dijeron sentir los tapatíos en la calle.
El sentimiento de miedo ha provocado también que los jaliscienses modifiquen hábitos y dejen de hacer lo que antes hacían. Según la ENVIPE 2014, 66.9 por ciento dejó de usar joyas, 62.7 por ciento ya no deja salir a las calles a sus hijos menores de edad, 51.1 por ciento dejó de llevar dinero en efectivo, 45.5 por ciento ya no sale de noche y 32.3 por ciento ya no va al estadio. Este último indicador sólo registrado en Jalisco, debe mover a hacer algo a los dueños de Atlas, Chivas y UdeG, la Femexfut y las policías de Jalisco antes de que pierdan más afición presencial.
Estos miedos van en concordancia con lo que nos revela el Índice de Paz México 2013, que recién dio a conocer el Instituto para la Economía y la Paz, como parte del esfuerzo mundial por articular un Índice Global de Paz, del que ya escribió en estas páginas el sábado mi compañero editorialista y director del Observatorio JCV, Augusto Chacón.
En ese estudio México aparece en el lugar 138 de los países menos pacíficos de una lista de 162, y Jalisco ocupa el lugar 17 de 32 en la escala nacional por los delitos con violencia y con arma de fuego, y calcula en mayor cantidad que los 17 mil 465 millones de pesos del ENIVIPE 2014, los costos de la violencia en Jalisco, al ubicar el costo de contención de la violencia en 25 mil millones y en 132 mil millones su repercusión económica.
Es, pues, claro que mucho hay que hacer aún para que las policías mejoren sus tácticas y estrategias para brindar seguridad a la población y protegerla de amenazas a la paz, en la que destaca el poder corruptor del narco.
A través del ENVIPE 2014, los ciudadanos sugieren a las autoridades de Jalisco y sus municipios, mejorar el alumbrado público, construir más parques y canchas, más patrullaje, más atención a jóvenes y combate al narco.
Nos jugamos nuestra tranquilidad en ello. Veamos a Iguala si no.
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