Xavier López, Chabelo, es una de las figuras más importantes de la cultura popular mexicana de todos los tiempos.
Estamos hablando de la última gran raíz que le queda a Televisa, de un señor que inventó algo, que educó a varias generaciones, que trascendió en el tiempo y en el espacio.
Chabelo es grande, las multitudes lo aman e incluso las nuevas generaciones no dejan de jugar con él, de tomarlo como referente para algo tan insólito como su comunicación a través de las redes sociales.
Su programa En familia es una de las emisiones más perfectas de la televisión de nuestro país.
Si usted la estudia con detenimiento va a encontrar ahí muchas de las claves de lo que fue, es y será la verdadera televisión abierta.
Su redondez no tiene límites y no por nada es uno de los conceptos más longevos en la historia de la comunicación mundial.
Yo le podría escribir un libro analizando todas y cada una de la aportaciones de este genio a la televisión, el cine y el teatro.
Su nombre significa tanto como el de personalidades como Jacobo Zabludovsky, Raúl Velasco, Ernesto Alonso, Roberto Gómez Bolaños y Verónica Castro.
¿Por qué le estoy comentando esto? Porque está circulando un rumor bastante feo que, a diferencia de otros, tiene una lectura pavorosa.
¿Cuál? Que Televisa va a cancelar En familia con Chabelo a finales de diciembre, casi, casi, a escondidas, cuando nadie va a poder decir ni hacer nada por las fechas, por las vacaciones.
Y ya en enero, borrón y cuenta nueva, apagón analógico, cambio de programación. ¿¡Quién se va a acordar de esta luminaria entre tantas cosas!? ¿¡Quién!?
Yo no sé si sea verdad. A mí no me interesan los chismes. Jamás me han interesado. Pero éste sí.
¿Por qué? Porque no es un cuento que tenga que ver con la vida privada de este señorón ni de ninguna otra estrella del espectáculo.
Es algo que me atañe a mí, como crítico, que tiene que ver con el trabajo de don Xavier, con la televisión, con la pantalla.
Si es cierto, qué terrible. ¡Me quiero morir de la tristeza y del coraje!
Si no, perfecto, pero vayamos haciendo algo, porque nada es para siempre y algún día llegará el final de En familia como en algún momento llegaron las últimas emisiones de 24 horas, Siempre en domingo, Barrera de amor, Chespirito y Los ricos también lloran.
No sé qué piense usted, pero el día que Chabelo se vaya de El Canal de las Estrellas, independientemente de que se podría ir con la mano en la cintura a Azteca, Grupo Imagen, Telemundo o Fox, tendrá que irse en grande.
Es lo menos que se merece.
Me imagino un último programa de En familia en el Zócalo, el Coloso de Santa Úrsula o, mínimo, en el Auditorio Nacional, con todo México aplaudiéndole de pie, ovacionándolo durante horas.
Ni a él ni a nadie le sirve un velorio como el de Roberto Gómez Bolaños, con transmisiones extraordinarias, repetición de películas, misas en vivo y show en el Estadio Azteca.
Si don Xavier se va en vida, nuestras más encumbradas autoridades le deben entregar medallas, nuestros más queridos cantantes le deben interpretar melodías especiales.
Ese día o esa noche, tiene que ser histórica.
No puede ser que Don Francisco, en Estados Unidos, le haya dicho adiós a Sábado gigante entre homenajes, galas y análisis, y que Chabelo, en México, se vaya en los oscurito.
El señor López no ha cometido ningún delito, no tiene nada de qué avergonzarse y no es cualquier conductor de cualquier show dominical.
Chabelo es especial entre los especiales e incluso, desde la perspectiva comercial, está más vivo que nunca. Vivo y sano.
Y los reconocimientos se tienen que hacer así, en vida, cuando la gente está lúcida, fuerte, sana.
Nada es para siempre, insisto, pero hay maneras de despedir a los clásicos.
Y en casos como el de don Xavier no hay crisis, recorte ni cambio de programación que justifique que En familia concluya como han concluido tantas emisiones, en tantos canales, en los últimos meses.
¿Verdad que esto de que Chabelo se va es un vil chisme? ¿Verdad es que una ocurrencia tan macabra como las mil veces que los han matado en las redes sociales?
Y si no lo es, hagamos bien las cosas.
Televisa es una gran empresa que, ante el peso de un cierre de esta naturaleza, lo menos que tendría que hacer es anunciarlo en serio y aclarando qué va a pasar con el señor, con su legado y con las próximas aportaciones de la compañía en materia de televisión infantil y familiar.
Y nosotros somos un pueblo agradecido. ¿Vamos a permitir que Chabelo se nos vaya así nada más, en silencio, como si jamás nos hubiera dado todo lo que nos dio?
Xavier López, Chabelo, es una de las figuras más importantes de la cultura popular mexicana de todos los tiempos.
Ojalá que nos dure muchos años. Ojalá que todo esto solo sea un invento de mal gusto. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com