El polvo que se levantó con la “negociación” de la candidatura presidencial de El Bronco, o con la mención de que se está negociando, en nada ayuda a que se realice.
Óigame usted, amigo lector, declarar que se pacta una candidatura independiente hace que la candidatura sea lo menos independiente que pueda existir. Gran error difundir un posible acuerdo, como si se tratara de los años ochenta, decir que se pacta la participación.
El año que puede definir el futuro político de Jaime Rodríguez Calderón arranca con números rojos. Los temas más cercanos a la gente, a los regiomontanos, son negativos: seguridad, salud, educación, corrupción, impunidad y más…
El 2017 comienza cuesta arriba para el gobernador de Nuevo León y la candidatura será si los problemas se resuelven; si no, no será.
Y después de la crisis de seguridad, con la renuncia del procurador del Estado, no es la moneda en el aire la que preocupa al Gabinete, no, es al fantasma de la eficiencia al que todos temen.
En palabras cantinfleadas de El Bronco: “Ayer Manuel habló sobre un tema que tiene que ver que el año 2018 es importante para todos, para el país mismo, y bueno, como todo mundo especula sobre mi decisión o no, yo siempre les he dicho a ustedes que yo tomaré una decisión en diciembre, si así lo considero adecuado, si veo que he ido resolviendo los problemas de Nuevo León, y no tiene ningún caso que yo compita si la gente de Nuevo León ni siquiera va a votar por mí”, dijo.
El propio Jaime Rodríguez marcó diciembre 2017 como su fecha límite para una postulación presidencial.
Si en verdad El Bronco pudiera ser un candidato viable o cuando menos incómodo en la contienda, tendría que tener un nivel de aceptación sobresaliente en Nuevo León, pero los problemas locales lo están rebasando desde hace medio año.
¿Cuándo fue la última vez que Jaime alcanzó popularidad como para soñar con ser Presidente? Cuando recién ganó la elección, porque al comenzar su mandato nada lo ha hecho crecer, ni el medinazo lo ayudó realmente porque poco fue lo que duró.
En su visita a Nuevo León, Andrés Manuel López Obrador recomendó al gobernador Jaime Rodríguez Calderón recapacitar sobre sus aspiraciones presidenciales del 2018 y quedarse los seis años al frente de la entidad.
Cuando un peleador de nivel te llama al ring, tienes que subirte y mostrar lo que traes, lo que te valida. Pero después de las declaraciones de AMLO, El Bronco nada dijo, porque no hay nada que decir… No quiso subir al ring.
El plazo de un año que marcó Jaime Rodríguez es el plazo de su futuro. Los secretarios tienen una misión.
La renuncia en la Procuraduría es nada más el comienzo de una limpia; de una limpia, que debe hacer el gobernador para llegar al fin de año con suficiente popularidad o capital político, como para ser un candidato que se respete.
Los empresarios no apoyarán a Jaime Rodríguez sin una buena gestión de gobierno.
Si Rodríguez Calderón desea ser candidato, veremos una gran depuración en las áreas más señaladas, más descuidadas. El gobernador no tiene por qué aguantar a los chambones que no creen en su fuerte candidatura. Entonces esos se van.
El 2017 es el proyecto que catapulta a la Presidencia o es el fracaso. Y cada uno de los secretarios debe asumir su responsabilidad en eso.
Y hay algo urgente, estimado lector, El Bronco debe reconciliarse con los medios, los periódicos y televisoras, hay que ser amigos de algunos, hay que sumar, hay que seducir.
No hay ruta a la Presidencia sin amigos en los medios. El Facebook no suple el trabajo de los periodistas, las preguntas, el contexto: la agenda que le da balance al poder.
El 2017 es el año que marcará la capacidad de El Bronco y su equipo como para vender la idea de que es posible gobernar a México… o usted, ¿qué opina?
alejandro.gonzalez@milenio.com
