Halloween es una de las fechas más esperadas del año, sobre todo por los más pequeños que disfrutan disfrazarse y salir por dulces. Sin embargo, también es una noche especial para los adultos que aman los sustos y las historias misteriosas.
Pero además de las fiestas, dulces y disfraces, Halloween también está rodeado de supersticiones y creencias que han pasado de generación en generación. En MILENIO te contamos algunas de las más populares y su curioso significado.
¿Qué son las supersticiones?
Las supersticiones son creencias populares que asocian ciertos objetos, acciones o símbolos con la buena o mala suerte. Aunque no tienen una explicación científica, se transmiten de generación en generación y forman parte de muchas tradiciones.
Por su parte, la relación que existen entre diversas supersticiones y Halloween es que esta festividad tiene raíces en antiguas celebraciones paganas, como Samhain, cuando se creía que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se hacía más delgado. Por eso, surgieron rituales y creencias para protegerse de los espíritus o atraer energías positivas.
Con el paso del tiempo, esas costumbres se mezclaron con la celebración moderna de Halloween, conservando ese aire místico y misterioso. Así, muchas supersticiones, como evitar los espejos rotos o las casas embrujadas, se volvieron parte del encanto y el miedo que caracterizan esta noche.
Nacer el 31 de octubre
Antiguamente se creía que nacer el día de Halloween convertía al menor en un ser muy especual, pues este poseería una conexión con lo místico y lo espiritual De hecho, también se creía que su alma "entraba" al mundo en el que el velo entre los vivos y los muertos no existía.
También se pensaba que quienes nacían en 31 de octubre tenían intuiciones más fuertes, sueños proféticos o sensibilidad ante energías invisibles. En algunas culturas se les ve como protegidos o elegidos, con dones especiales, aunque esta creencia convive con temor a lo desconocido.

Comer moras después de Halloween
Según antiguas supersticiones británicas, después de Halloween no se deben comer moras porque se creía que estaban “marcadas” por espíritus traviesos llamados púca. Estas criaturas recorrían los arbustos durante la noche y se pensaba que contaminaban los frutos con energías negativas, haciéndolos peligrosos para el consumo.
Otra versión proviene de tradiciones cristianas y folclóricas: se decía que cuando Lucifer fue expulsado del cielo, cayó sobre una zarza de moras, maldiciendo los frutos. Por esta razón, algunas culturas evitaban comer moras después de ciertas fechas, considerándolas vinculadas con la mala suerte o el mal espíritu.

Lanzar una piedra a la hoguera
La tradición de lanzar una piedra blanca a la hoguera proviene de Gales, en el Reino Unido. Era una costumbre asociada con Halloween y antiguos rituales celtas, donde se creía que el fuego tenía poder protector y podía revelar señales sobre la suerte o el destino de cada persona.
La noche del 31 de octubre se lanzaba una piedra blanca a la hoguera. Cada miembro de la familia arrojaba su piedra y, al revisar al día siguiente, se creía que la desaparición de alguna anunciaba la muerte de esa persona.

Gatos negros
Durante Halloween, los gatos negros son considerados portadores de mala suerte según la tradición popular. Erróneamente se cree que estos felinos están ligados a brujas y energías oscuras, por lo que cruzarse con uno durante esta noche especial puede atraer presagios negativos.
Esta superstición tiene raíces en la Edad Media, cuando se asociaba a los gatos negros con brujería y espíritus malignos. Aunque hoy muchos los ven como mascotas normales, la creencia persiste, especialmente en Halloween, reforzando el ambiente de misterio y temor que caracteriza esta festividad.

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