La depresión es un problema de salud pública que está afectando en México a cerca de 3.6 millones de personas y Tamaulipas no es la excepción, tan solo en lo que va de este 2025 se han detectado más de 184 nuevos casos, estimando que por lo menos el 9 por ciento de la población del estado ha sufrido algún cuadro depresivo y a muchos los ha llevado a quitarse la vida, encontrándose la entidad por arriba de la media nacional.

Ante este delicado problema, el especialista en psicología Jesús Emmanuel Espinoza Posadas miembro del Colegio de Psicólogos de Tamaulipas y conocedor del área de la psicología clínica y la salud, señaló que hay que estar al pendiente de las personas, sus actitudes, pensamientos y sobre todo sus comportamientos, ya que estos nos darán a conocer si viven el problema de la depresión y sobre todo si han pensado en suicidarse, siendo esta una de las principales causas de muerte en todo el mundo de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Precisó que un individuo que tiene un estado de ánimo disfuncional, está triste constantemente, desanimado y con mucha irritabilidad puede estar en las garras de esta patología, lo cual se puede confirmar con problemas fisiológicos como dificultades para dormir, la pérdida del apetito, la disminución del líbido, el descuido del aspecto físico y hasta la pérdida de interés por actividades que antes eran sumamente importantes para la persona.
Dijo que ante esto, hay que tenderle la mano a la mujer o el hombre que pasa por la depresión, ya que mientras 4 féminas padecen este problema, un hombre lo sufre, pero los varones son los que más piensan en ponerle fin a su existencia por múltiples factores, como la pérdida del empleo, las carencias económicas, problemas familiares y de pareja entre otros detonantes.
Manifestó que ante las características antes expuestas de la patología, hay que acudir con el psicólogo a una evaluación general del problema, ya que se puede estar padeciendo una depresión ligera que puede durar de uno a seis meses, una mayor de 6 meses a dos años y la persistente, la cual puede durar más de 2 años.
Refirió que todas son tratables y superables con el reconocimiento del problema por el paciente, una buena orientación por parte de los psicólogos y especialistas, y sobre todo que se atienda el problema para evitar una complicación mayor, por lo que recordó que si vemos en una persona o familiar un estado de ánimo muy decaído, pereza, cambio abrupto de actitud, aislamiento y que deja de frecuentar a los amigos o hace comentarios alusivos a que ya no quiere estar en este mundo u otras cuestiones, hay que correr a solicitar ayuda.
“Las situaciones antes expuestas en un lapso de 1 a 6 meses es normal hasta cierto punto, pero si vemos que esto se prolonga por más de ese tiempo y se presentan otras alteraciones, hay que pedir ayuda para que no busquen la salida por la puerta falsa”, recalcó