Un accidente carretero que dejó cuatro personas muertas originarias de Argentina y un mexicano, sólo una logró sobrevivir en el tramo carretero Tulum-Playa del Carmen, narra que le duele todo y apenas puede respirar por las múltiples fracturas.
Yamil Lucas Figallo de 25 años, relató la tragedia que vivió el 18 de febrero y su recuperación. Recuerda que ese día llovía mucho , "no era un día normal del Caribe, donde se cae el cielo durante una hora o dos y luego vuelve a la normalidad. Ese día llovió todo el tiempo", contó en entrevista al diario El Clarín.
De acuerdo con el joven, el viaje se debió a que los argentinos habían ido en busca de la renovación de las visas de turistas en la frontera de México con Belice, "yo viajaba en el asiento de acompañante, con el cinto de seguridad puesto".
Maximiliano Nicolás Laviano conducía el vehículo Suzuki, procedente de Belice, en dirección de sur a norte, cuando perdió el control de la unidad, se salió de una curva y chocó la rueda delantera izquierda con la banqueta del camellón central de la carretera.
El auto dio un giro en el aire e invadió el carril de contraflujo, de norte a sur, impactando a la unidad Nissan tipo Urban.
Las cuatro personas de nacionalidad argentina que fallecieron son: Vanesa Paola Silva Díaz, de 38 años; Gerónimo Amengual, de 32 años; Hernán Ezequiel Sibella, de 35 años; y Nahuel Alejandro López, de 26 años.
"Yo estaba usando el celular y escuché: ¡No, no! ¡No!. Todo se resume a tres segundos: luego del grito del conductor, quien atinó a pegar un volantazo, la camioneta pegó contra el bulevar, dio vueltas en el aire y terminamos incrustados en la combi estacionada, en el carril contrario".
Cuando ocurrió el percance, Figallo recuerda que escuchó las sirenas, después miró sus manos y pies que todavía podía moverlos. Luego de sacarse el cinturón de seguridad, quiso mover su torso y romper el parabrisas con una patada débil pero no pudo, también intentó romper la puerta pero su fuerza no le alcanzó.
"Los bomberos tuvieron que abrir la puerta con una máquina neumática: entre que estaba trabada por la cerradura y la fuerza del choque, era imposible de abrir. Sólo después pudo asistirme el personal médico de emergencia".
Al momento de ser rescatado, recuerda cuando lo trasladaron en una ambulancia al Hospital La Joya, de Playa del Carmen, "me ingresaron a la sala de urgencias y lo primero que me preguntaron fue si tenía cobertura médica que solventara la atención. Yo contraté un seguro de viaje antes de partir a Argentina, por lo que les pedí que contactaran a la empresa aseguradora. Les dijo que no cubriría los gastos y que éstos debían debitarse a las aseguradoras de los autos del choque”.
"Además de que estaba consciente, tuve la muchísima suerte de tener mi celular encima. Tuve que empezar a hacer movimientos de guita de aquí y de allá, juntar todos mis ahorros y, mientras estaba hecho mierda, pagar al hospital. Hasta que no vieron impactado el pago, no me ingresaron".
El diagnóstico que le dieron los médicos fue: tres vértebras quebradas, dos lumbares y una dorsal, además de seis costillas fracturadas, tres de cada lado. Tras un par de horas, pudo comunicarse con su familia, primero con su mamá y su hermana en España, después con familiares que viven en Mar de Plata.
Cinco días y medio de internación antes del alta, que llegó el sábado pasado. "Todavía no me doy cuenta que estoy vivo y con todas las facultades: puedo hablar, puedo oír, no me falta ningún miembro. Sólo tengo, además de las fracturas, un raspón en el codo y un cortecito en la nuca. No creo en los milagros, por lo que digo que esto fue algo de película, una locura".
Por lo pronto, a Lucas lo que ahora le preocupa es el estado de salud de Micaela Papiermeister, la otra sobreviviente que se encuentra luchando por su vida, también es su situación económica, ya que, el seguro que pagó no lo asistió.
"Casi todos mis ahorros tuve que ponerlos para la internación, aún cuando contraté un seguro en noviembre pasado, antes de viajar hacia México. ¿Para qué lo pagué? Me dejaron tirado"
"Necesito que el seguro se haga cargo. Que me reintegre la plata que no debí haber tenido que poner y que también se hagan cargo de la mala sangre que me hice por la situación de descuido que me hicieron pasar".
Ahora espera a que el seguro haga lo correspondiente. Explica que le duele respirar profundo, estornudar, toser, moverse, hasta recordar el accidente. "Desde que me internaron no paro de pensar que no tengo un minuto que perder. No nací de nuevo, como dicen algunos, pero cada instante ahora vale más.
Con información de Pablo Vázquez
LG