En los últimos seis años, México ha experimentado ligeros avances y al mismo tiempo rezagos en materia educativa.
La proporción de adultos jóvenes (de 25 a 34 años) sin haber completado la educación media superior disminuyó de 49 por ciento en 2019 a 41 por ciento en 2024; no obstante, se redujo el financiamiento en términos de inversión por estudiante, se incrementó la carga económica en educación para las familias, existe baja cobertura inicial y hay un desajuste educación-empleo con alta inactividad juvenil y aprendizajes, reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A través del informe Panorama de la Educación (Education at a Glance) 2025, que se publica este martes, la OCDE advierte que persisten las barreras de acceso y las bajas tasas de finalización.
En una nota sobre México, la Organización reportó que la proporción de jóvenes de 25 a 34 años sin educación media superior pasó de 49 por ciento en 2019 a 41 por ciento en 2024. A pesar de la mejora, sigue siendo la cifra más alta entre los países de la OCDE, muy por encima del promedio de 13 por ciento y en contraste con Corea, donde solo el uno por ciento de los jóvenes no alcanza este nivel.
En cuanto a la inversión en educación, considerando tanto al gobierno como a las familias, continúa a la baja en México, pues pasó de representar el 4.6 por ciento del PIB en 2018 al 4.2 por ciento en 2022.
De los 41 países que están en la OCDE, México ocupa la posición 24 con relación al porcentaje del PIB invertido en educación (rango de 2.5 por ciento en Rumania a 6.9 por ciento en Sudáfrica; promedio OCDE 4.7 por ciento).
Sin embargo, su posición cambia a la 40 cuando se considera el monto de inversión por estudiante, pues México invierte solo 4 mil 66 dólares por cada alumno (74 mil pesos), por debajo de Rumania, 7 mil 221 dólares (130 mil pesos) y muy lejos de Luxemburgo, que con 3.3 por ciento del PIB alcanza 31 mil 439 dólares (566 mil pesos) por estudiante.
Aunado a la baja inversión por estudiante, la OCDE reporta que el financiamiento recae desproporcionadamente en los hogares.
En educación básica y media superior, las familias cubren 16.2 por ciento del gasto educativo, frente al 9.9 por ciento del promedio OCDE en los niveles de primaria y secundaria.
Esto lo convierte en el segundo país de los países miembro de la OCDE con mayor proporción de carga financiera para las familias.
La organización también encontró que el vínculo entre educación y empleo es contrastante, pues mientras que en la mayoría de los países un mayor nivel educativo reduce el desempleo, en México ocurre lo contrario.
Entre los jóvenes de 25 a 34 años, 2.7 por ciento de quienes no concluyeron la secundaria están desempleados, frente a 3.6 por ciento que sí la concluyeron y lo más grave es que 4.3 por ciento de estudiantes que sí cuentan con estudios superiores, no tienen empleo.
México enfrenta dos retos: un sector importante de jóvenes queda fuera tanto del sistema educativo como del mercado laboral.
Ente la población mexicana entre los 18 a 24 años, el tres por ciento está desempleada y 16 por ciento se encuentra fuera de la fuerza laboral, es decir, no buscan un empleo.
Entre 2013 y 2023, la población mexicana de cero a cuatro años disminuyó nueve por ciento, y se espera una reducción del 10 por ciento entre 2023 y 2033, lo que implicará nuevos retos para la organización escolar.
México registra una cobertura de educación inicial muy baja: menos del cinco por ciento de los niños de cero a dos años están matriculados, frente a tasas superiores al 60 por ciento en países como Corea, Luxemburgo, Países Bajos y Noruega.
La OCDE indicó que las bajas tasas de finalización suelen tener su origen en la falta de correspondencia entre las expectativas de los estudiantes y el contenido de los programas, una preparación académica insuficiente y la falta de sistemas de apoyo adecuados.
“Convendría reforzar la preparación académica y la orientación sobre carreras en la educación secundaria, así como diseñar programas de educación terciaria con trayectorias curriculares claramente definidas y medidas de apoyo para los estudiantes que corren el riesgo de quedarse rezagados”, señaló la organización.
El informe Panorama de la Educación 2025 analiza los sistemas educativos de los 38 miembros de la OCDE, entre ellos México, así como de Arabia Saudí, Argentina, Brasil, Bulgaria, China, Croacia, India, Indonesia, Perú, Rumanía y Sudáfrica.
Mexicanos Primero urge a replantear prioridades educativas
En la misma semana que se entrega el Paquete Económico del gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, se publica la edición 2025 del Panorama de la Educación (Education at a Glance) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se centra especialmente en la Educación Superior, pero que incluye importantes datos para la agenda educativa federal, advirtió la organización Mexicanos Primero.
Tras analizar los datos que el informe arroja en el caso de México, la organización puso énfasis en la carga económica de las familias en materia educativa. Por ello, se pronunció porque las becas se focalicen, con evidencia y en estudiantes pertenecientes a familias en situaciones de más alta marginación, para así, brindar equidad en la reducción del gasto de bolsillo y ampliar efectivamente oportunidades para estar, aprender y participar en la escuela.
Añadió que asumir el derecho a aprender exige medir sistemáticamente los aprendizajes fundamentales con evaluaciones válidas y periódicas para transparentar resultados, corregir políticas y orientar recursos donde más se necesitan, de modo que todas y todos estén, aprendan y participen.
Indicó que México carece de datos comparables tanto de estudiantes como de población adulta, pues no es parte de la muestra de análisis del reporte porque no participó en el Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos de la OCDE.
“Mexicanos Primero ha realizado durante años los análisis de estas referencias internacionales. Miradas externas nos invitan a reflexionar sobre el sistema educativo mexicano. Los datos reflejan que avanzamos en algunos temas, pero la mirada sistémica sigue siendo un talón de Aquiles para el país. Mientras no veamos las trayectorias educativas completas y, en relación con estas, se garanticen condiciones y recursos para sostenerlas, los esfuerzos serán aislados, con probabilidades de que carezcan de continuidad y sean solo programas y apoyos de paso”, señaló en un comunicado.
Luego del análisis del informe emitió una serie de recomendaciones:
- Replantear asignación de recursos; es decir: priorizar inversión por estudiante, reducir carga financiera de los hogares, evaluar la universalidad de las becas y focalizar en poblaciones con más alta marginación.
- Reconfigurar la oferta educativa para educación inicial y mejorar el vínculo de oportunidades entre educación media superior y el mercado laboral.
- Medir aprendizajes fundamentales, pues aumentar la cobertura sigue siendo insuficiente, mientras que no podamos asegurar cuánto y cómo aprenden. “Para corregir el rumbo de las políticas educativas se necesita evidencia”, recalcó.
LP