La nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tardó dos horas con 10 minutos en su primer asunto. El cronómetro impuesto en las nuevas reglas del pleno se respetó, pero no incidió.
Los ministros electos por voto popular alargaron su primera sesión ordinaria cuatro horas para desahogar solo tres de 15 asuntos listados en el orden del día.
Hubo nervios, correcciones, celebraciones, diferencias y criterios de esta nueva alineación de ministros.

Primer martillazo de Hugo Aguilar
A las 10:14 horas, el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz ingresó al salón y sin mayor trámite dio el martillazo de arranque.
“Ta bien din tanka mani ta bien dinu taca matahma canni ni shi inca in di ca jita”, expresó enfundado en su toga con motivos indígenas, el primer símbolo.
Y así arrancó la sesión en medio de dudas del personal de seguridad, de los secretarios particulares de los ministros que exigían espacio para ellos y sus fotógrafos y de los alumnos de tercer semestre de la Escuela Superior de Actopan, Hidalgo, que fueron los invitados especiales, a quienes por cierto, se les advirtió que si se dormían, serían captados por la transmisión en vivo.
“No se puede grabar”, “No se puede utilizar el celular” “Es la última advertencia o los retiraremos del salón”, amagaban los vigilantes que tenían años sin tener que lidiar con personas ajenas a la Corte. Personal del ministro presidente puso orden y permitió grabar y tomar fotografías mientras no se interrumpiera la sesión.
Mientras tanto los ministros empezaban el trabajo.
La primera alusión de Hugo Aguilar fue para el ministro Arístides Guerrero quien completó el pleno desde una pantalla de televisión arriba de su lugar. Y es que tuvo que hacer su trabajo vía remota debido al incidente de tránsito que tuvo hace algunas semanas “me da gusto que te estés recuperando plenamente”.
La discusión del primer asunto se llevó a cabo en el histórico salón de pleno enmarcado por los protocolos de siempre, pero con los símbolos de esta nueva era: el bastón de mando a espaldas del ministro presidente, los dos cronómetros y la pluma de color amarillo y tapón negro en la mano derecha de Aguilar.
Agradecimientos y metas
El primer asunto fue largo. Arrancó con los agradecimientos y metas de algunos ministros y terminó con una votación confusa.
La ministra Yasmín Esquivel fue la primera ponente. Como lo hicieran después cuatro ministros más, aprovechó su primera participación para dar un mensaje con motivo de esta sesión en donde ofreció diálogo, debate respetuoso y hasta llamó a la unidad nacional.
“El ataque gratuito a quien no piensa igual que nosotros, no nos hace mejores ciudadanos. Desde mi cargo trataré de contribuir a que todas las mexicanas y mexicanos, con independencia de la actividad a la que se dediquen, desde el más modesto trabajador rural o urbano, hasta quienes por su honesto esfuerzo han acumulado riqueza, sepan que mi actuación responderá a ese libro que nos abraza, que nos une, que es la Constitución”, destacó.
El tema central de este momento era una acción de inconstitucionalidad promovida por la CNDH contra leyes sobre salud, salud mental y sobre la prestación de servicios para la atención, cuidado y desarrollo integral infantil, todas de Chihuahua.
Siguió Loretta Ortiz, deseando éxito al pleno en este momento que calificó como un arranque histórico que no admite indiferencia y en donde se puede demostrar que el derecho puede ser una herramienta de transformación social.
“Quiero reafirmar ante la sociedad mexicana que esta Suprema Corte estará a la altura de su confianza, cada resolución será una oportunidad para demostrar que el derecho puede y debe convertirse en una verdadera herramienta de transformación social”, expresó.
Para este momento habían pasado unos 20 minutos, todavía los estudiantes invitados tenían su atención en los ministros y los temas que algún día quisieran tratar como profesionales.
También dieron mensajes políticos más breves los ministros Figueroa y Espinosa quien, por ciento, en algún momento llamó magistrado a Hugo Aguilar.
Y ahora sí se dedicaron a entrarle de lleno al debate hasta que se resolvió el tema.
A esta hora los estudiantes ya estaban aburridos, más de cinco se levantaron al baño y un par de mujeres que les llaman “facilitadoras” se aseguraban de acompañarlos o de despertar a quienes estaban por dormirse.
Los turnos iban y venían. Y el personal de apoyo de los ministros no se daba abasto entre estar pendientes de darles café o agua y estar activando y regresando el cronómetro de las intervenciones.
Terminada la discusión y con siete votos a favor se dio por cerrada la discusión y se declaró un receso que duró 16 minutos.
Los estudiantes se fueron y no regresaron, los ministros solo regresaron a tratar dos asuntos más sobre la Ley de Educación de Yucatán y la Agencia de Policía de El Porvenir, por alrededor de una hora y decidieron parar los trabajos y regresar al salón el próximo 17 de septiembre, mientras siguen agarrando práctica como ministros de la Suprema Corte.

IOGE