De acuerdo con Martha Vélez, coordinadora de proyectos de la dirección general de carreteras de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, las obras de agua potable son “tremendamente” difíciles de hacer debido a los derechos de vía, la escasez, la oposición, la planeación, los permisos, entre otros aspectos.
“Las obras de agua potable son tremendamente difíciles de hacer, tremendamente, no por la construcción, muchas veces por la liberación del derecho de vía, porque a veces tenemos zonas en veda y aunque tengamos una fuente, un pozo, un manantial, no se puede extraer agua porque tenemos problemas de escasez en la zona.
“En la parte de planeación, de permisos, las obras de agua potable son muy difíciles de concretar”, destacó.
Por ello, dijo la funcionaria federal en su participación en la 35 Reunión Anual de la Federación Mexicana de Colegios de Ingenieros Civiles, celebrada en Nuevo León, a la hora de plantearse proyectos de este tipo surgen “montones” de argumentos encausados al no.
Debido a ello, invitó a los ingenieros civiles ahí presentes a cambiar el modo de pensar al sí.
“Entonces tenemos que trabajar siempre con la mentalidad del cómo sí, porque para no hacer una obra de infraestructura vamos a encontrar montones de razones.
“No podemos construir porque no tenemos todavía lo de impacto ambiental, porque el derecho de vía no está liberado, por fenómenos sociales, porque la gente de esta localidad se opone”, precisó.
De tal forma, enfatizó, hacer infraestructura básica debe ser incluyente y con compromiso social.
Tomando como base principal, recalcó, que cambiar la vida a las personas, para bien, es el objetivo.
“Tenemos que buscar cómo resolver las obras de infraestructura básica todos, constructores, funcionarios públicos, autoridades, y hacerlo con pasión y compromiso social.
“Porque no se trata de enterrar tubos, se trata de cambiarle la vida a la gente”, puntualizó.