Relevo anunciado en el TSJCDMX: magistrados votan una vez más por Rafael Guerra Álvarez

Se plancharon las togas, se ajustaron las corbatas y algunas magistradas eligieron mascadas para suavizar la solemnidad del pleno. El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) se preparaba para votar, una vez más, a Rafael Guerra Álvarez como presidente.

Su última sesión como titular comenzó este viernes con 79 magistrados presentes y concluyó con 60 votos a su favor, después de una semana marcada por acusaciones y presiones desde el mismo tribunal.

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En los pasillos ya se veía el resultado. Afuera, en las inmediaciones de la llamada Ciudad Judicial en la colonia Doctores, trabajadores bloquearon accesos en rechazo a la intención de reelegirse para otro periodo.

Rafael Guerra Álvarez ha desarrollado su carrera dentro del Poder Judicial capitalino, donde ha sido juez y magistrado en distintas materias antes de llegar a la presidencia del TSJCDMX en 2019.

En su despedida, sobrio, Guerra regresó a su asiento y se abrió el turno de las candidaturas. Esta elección se convierte en la última que se realiza entre magistrados, toda vez que será en 2027 cuando se convoque a una elección popular.

Cinco manos se levantaron: la suya, junto con las de Rosalba Guerrero Rodríguez, Arturo Eduardo García Salcedo, Celia Marín Sasaki y Ramón Alejandro Sentíes Carriles. Cada uno designó a un escrutador y, por sorteo, se asignaron números para exponer en apenas cinco minutos sus programas de trabajo.

Antes de escuchar las propuestas, a provocación de Sentíes Carriles, el pleno se enredó en un ritual casi litúrgico: discutir durante más de una hora si el voto debía ser escrito a mano, si las boletas debían destruirse o si era necesario imprimir papeletas especiales con los nombres de los candidatos. Finalmente, 42 votos contra 32 decidieron que las boletas no se destruirían. Serían de papel bond, con firma y sello.

—¿Y quién cuidará las boletas?—, remató el magistrado Sentíes.

Ya en las presentaciones ante el atril, Celia Marín Sasaki fue la primera. Criticó la visión patriarcal que aún permea en la justicia, recordó el legado histórico de las mujeres y la necesidad de romper “techos de cristal y pisos pegajosos”. Prometió informes semestrales sobre el presupuesto y, al agotarse el tiempo, ironizó: “Me parece una burla estos cinco minutos, por su atención muchas gracias”.

Rosalba Guerrero Rodríguez dijo que apostaría por la imparcialidad y el profesionalismo. Subrayó que las mujeres juzgadoras han abierto camino en un sistema que no siempre fue fácil y reivindicó la dignidad de ejercer la ley con orgullo.

Arturo Eduardo García Salcedo llamó a “provocar la verdadera transformación”. Propuso justicia accesible, digitalización eficiente, respeto a la autonomía institucional y políticas públicas que coloquen la justicia en el centro del desarrollo. Pidió un voto de confianza apartado de las influencias de quienes solo buscan el poder para servirse.

Ramón Alejandro Sentíes Carriles ofreció un liderazgo firme e independiente. Planteó reordenar la oralidad civil y familiar, optimizar recursos humanos y abatir el rezago penal con un plan de choque. Prometió condiciones dignas para trabajadores y procesos de selección limpios.

Rafael Guerra Álvarez, el presidente saliente, apostó por la continuidad: condiciones laborales justas, libertad sindical, perspectiva de género y justicia con sensibilidad. Propuso especialización ambiental, justicia terapéutica y digitalización para un Poder Judicial que avance al ritmo de la ciudadanía.

Se requerían 53 sufragios para alcanzar las dos terceras partes del pleno. Uno a uno, en orden alfabético, los magistrados recibieron su hoja sellada, ingresaron a la urna de madera con cortina turquesa y depositaron el voto en la urna de acrílico. El paquete de hojas bond se abrió frente a los escrutadores, se fotografió y comenzó el conteo en un silencio que pesaba más que cualquier discurso.

El resultado fue apabullante. Rafael Guerra Álvarez obtuvo 60 votos, Rosalba Guerrero Rodríguez 10, Ramón Alejandro Sentíes Carriles 6, Celia Marín Sasaki 1 y Arturo Eduardo García Salcedo 1.

El auditorio estalló en aplausos: “¡Presidente, presidente, presidente!”. Así concluyeron las más de tres horas de sesión del Tribunal capitalino.

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