Entre protestas y arengas del PRD y de Morena, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 343 votos a favor, 116 en contra y dos abstenciones las reformas al Pensionissste para convertir dicha Afore en una empresa paraestatal “100 por ciento propiedad del Estado”.
Durante la votación, un numeroso grupo de legisladores de las izquierdas se manifestó con mantas y pancartas en la tribuna, al tiempo de gritar la consigna “¡no-a-la-reforma, no-a-la-reforma!”.
Al comienzo de la discusión, diputados intercambiaron insultos y protagonizaron un conato de pelea, después de que el legislador Mario Ariel Juárez, de Morena, lanzó desde la tribuna legislativa puñados de monedas de chocolate al pleno.
“¿A qué intereses obedece esta reforma, de cuánto es el cañonazo que van a recibir cada uno de los que voten a favor; si es un asunto de dinero, les digo a todos los diputados que van a votar a favor, ahí está el pago para que no entreguen a los trabajadores y puedan tener dignidad y no traicionarlo”, arengó.
En respuesta, desde su curul, la legisladora priista Yolanda de la Torre exigió al diputado presidente Jesús Zambrano reconvenir a Juárez por su “patanería”, mientras Omar Noé Bernardino, del PVEM, fue más allá y clamó: “No podemos permitir en ningún momento este vocabulario vulgar a lo que acostumbran la gente allegada a El Peje, los pejezombis”.
Juárez reaccionó molesto y se dirigió gesticulando hacia la curul de Bernardino para reclamarle la alusión, pero un grupo de diputados del PRI se interpuso en el camino y finalmente otros legisladores se llevaron al de Morena hasta su lugar.
Con voz notablemente disminuida por una afección de las vías respiratorias, Zambrano llamaba a la calma y apelaba a la civilidad de los representantes de unas y otras fracciones parlamentarias:
“¡Orden, orden en la sala, por favor! Diputados, hay que conducirse con respeto y mesura”.
Superado el episodio, el pleno cameral volvió a la discusión del dictamen de la Comisión de Hacienda para desincorporar la Afore del Issste y transformarla en una empresa de participación estatal mayoritaria, pero con autonomía de gestión para competir en igualdad de condiciones con las instituciones privadas.
La belicosidad se trasladó entonces a la tribuna, donde el priista Jericó Abramo intervino a favor del dictamen y acusó a los adversarios políticos de su partido de mentir, de engañar y de generar odio con el discurso de la privatización: “en esta tribuna les digo, amigas y amigos, a esos que vienen aquí a decir muchísimas mentiras, ¡fuera máscaras!”.
El panista Herminio Corral negó igualmente cualquier posibilidad de privatizar la Afore y fundamentó el respaldo de su bancada al dictamen como oposición responsable y sin regatear el apoyo a una propuesta del Ejecutivo en beneficio de los trabajadores, dijo.
A su vez, la perredista Lucía Meza señaló a los diputados del PRI y a sus aliados como traidores a los intereses de los trabajadores, e insistió en denunciar un presunto atraco a las pensiones del personal al servicio del Estado.
El coordinador neoaliancista Alfredo Valles convocó a velar por la seguridad social como derecho humano fundamental, al tiempo de respaldar la reforma al Pensionissste para preservar esa Afore y garantizar que los ahorros de los trabajadores se administren con eficiencia, honestidad y transparencia.
Abdies Pineda Morín, vicecoordinador de Encuentro Social, manifestó un voto de confianza al Estado mexicano para administrar los ahorros de sus trabajadores y, por medio de la nueva empresa paraestatal, asegurarles una pensión lo más cercana posible a su sueldo como personal en activo.