Ciudad de México /
Para Washington el propósito de articular una política internacional alternativa a la de Moscú será central en el periodo de entreguerras. En los años veinte Estados Unidos sigue sin reconocer al gobierno de Moscú, al que acusa de no asumir el pago de la deuda contraída en el periodo zarista y de estar detrás de los movimientos nacionalistas en América Latina, como en el caso de Sandino en Nicaragua. El agrio debate norteamericano sobre la conveniencia de ingresar en la Sociedad de Naciones ha eclipsado el surgimiento de importantes consensos en la política exterior de esos años.