La respuesta a Nicaragua tras las cuestionadas elecciones en las que el presidente Daniel Ortega fue reelecto generó división en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde ayer ocho países apoyaron un proyecto de resolución de condena y otros instaron a no entrometerse en los asuntos internos de las naciones.
El proyecto de resolución fue impulsado por Estados Unidos, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Uruguay y Antigua y Barbuda, y pide al Consejo Permanente del organismo que haga “una evaluación colectiva inmediata (...) a más tardar el 30 de noviembre y tome las acciones apropiadas”.
La Carta Democrática Interamericana describe las consecuencias para los gobiernos de la región que no respeten los derechos humanos y “tenemos que respetar esta Carta”, insistió el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken.
México con Managua
Nicaragua arremetió contra la OEA, a la que acusa de ser “un decadente ministerio de colonias”.
No fue el único país en acusar a la OEA de interferir en los asuntos internos.
“Todo Estado tiene el derecho a elegir sin injerencia externa su sistema político”, afirmó Argentina. Bolivia apoyó a Managua y pidió refundar la OEA.
Por su parte, México dijo que rechaza “rotundamente (...) todo intento de perturbar desde el exterior el orden constitucional en cualquier país y no acepta que bajo ese argumento la OEA asuma que cuenta con poderes supranacionales”.