La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) difundió un documento con consideraciones bioéticas esenciales ante la pandemia de covid-19, en el que señala que la edad no puede ser considerada como el único criterio para decidir quién vive y quién muere, así como la necesidad de realizar más pruebas entre la población y que los médicos cuenten con el equipo suficiente para atender la emergencia sanitaria.
En el documento firmado por el Obispo de Nuevo Casas Grandes y Responsable de la dimensión Episcopal de la Vida, José Jesús Herrera, la Iglesia católica advirtió que con base en determinaciones de la Academia Pontificia por la Vida, que reúne a científicos expertos creyentes y no creyentes, la decisión en la atención de los enfermos debe ser más enfocada al uso de los tratamientos de la mejor manera posible en función de las necesidades del paciente, es decir, de la gravedad de su enfermedad y de su necesidad de tratamiento.
Los obispos de México, comprometidos con la defensa de la vida y de la dignidad de toda persona, exponemos las siguientes consideraciones bioéticas más elementales que es preciso custodiar por parte de TODOS en momentos de desconcierto. https://t.co/MESXr7nxeb
— CEM (@IglesiaMexico) April 16, 2020
Aunado a esto, indicó, se debe observar la evaluación de los beneficios clínicos que el tratamiento puede lograr, en términos de pronóstico.
"La edad no puede ser considerada como el único y automático criterio de elección, ya que si fuera así se podría caer en un comportamiento discriminatorio hacia los ancianos y los más frágiles", señaló.
Además, precisó, se requieren formular criterios de decisión que sean, en la medida de lo posible, debidamente argumentados, para evitar la arbitrariedad o la improvisación en situaciones de emergencia, tal como ha enseñado la medicina de catástrofes.
El texto que también es firmado por el presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, expone que es previsible que en México se necesiten realizar procesos de selección de pacientes a fin de asignar distintos tipos de atención; por lo que estos se deben realizar tomando en cuenta de manera simultánea:
- La urgencia del caso
- El tipo de necesidad a atender
- Que los recursos asignados sean lo más beneficiosos posibles para el paciente.
"Es inadmisible el abandono de pacientes o la negación del tratamiento médico correspondiente bien sea curativo o paliativo", subraya.
Para la conformación de las comisiones y comités de bioética, la Iglesia católica recomienda que deben estar integrados de manera plural, con personal adecuadamente calificado, respondiendo a la dignidad inalienable de la persona humana y jamás colocando criterios superiores a este valor para la toma de decisiones biomédicas, para la selección del tipo de atención médica requerida, para privilegiar a un cierto tipo de seres humanos sobre otros.
La CEM sostiene que con este documento busca contribuir a la reflexión en momentos donde los recursos de la medicina crítica deben ser usados con toda responsabilidad.
Ante ello, consideró que se deben realizar las pruebas de detección no sólo en pacientes sintomáticos, sino también de manera constante en algunas personas que sin presentar síntomas, puedan eventualmente portar el virus.
No realizar un diagnóstico lo más profundo posible sobre la expansión de la epidemia no sólo es un error estratégico sino de orden moral.
"La transparencia en materia de información que afecte gravemente el bien común exige proceder de esta manera", dijo.
Sobre el personal sanitario, la CEM defiende que los médicos, médicas, enfermeros y todo aquel personal que está en la atención del covid-19 tiene el pleno derecho de contar con la protección requerida para realizar su riesgoso trabajo en las condiciones más seguras posibles.
“Exigir al personal sanitario atender a personas contagiadas o con posible contagio sin dotarlas de todo el material necesario para su protección no es éticamente justificable. A nadie se le puede obligar a arriesgar su salud y eventualmente la vida sin la prudente protección”, manifestó.