A pesar de la prohibición oficial que desde el 29 de marzo impide la venta, distribución y preparación de alimentos ultraprocesados en escuelas de todos los niveles, los snacks de la Universidad Autonóma de Nuevo León siguen llenos de papas, hamburguesas y refrescos.
Un recorrido por facultades como Derecho y Criminología, Ingeniería Mecánica y Eléctrica, y Organización Deportiva reveló que, aunque hay frutas, ensaladas y alimentos saludables, no son precisamente los más vendidos.
“Actualmente se sigue vendiendo la comida chatarra porque como ya son mayores de edad la mayoría que estamos en la facultad, muchos optan por esa comida económica, accesible para los estudiantes, pero sí se vende comida saludable”, dijo Carolina Noriega, alumna de la Facultad de Derecho y Criminología.

Y es que la elección entre comer sano o rendir el gasto, a veces, ni siquiera es opción. Con 50 pesos, dicen, es más fácil llenarse de tacos y papas que de una ensalada.
Pero donde sí se notó el cambio fue en las máquinas expendedoras. De un día para otro quedaron vacías.
“Vas máquinas expendedoras que vendían papitas ya los quitaron, muchos productos ya no los venden”, dijo Pamela López. estudiante de FIME.

¿Qué es la comida chatarra?La palabra 'chatarra', de acuerdo con el Diccionario de la RAE, indica que algo es de muy baja calidad alimenticia.
Se usa para referirnos a alimentos pobres en nutrientes, con un alto contenido de azúcar, grasa y sodio. Ejemplo: papas fritas, refrescos, golosinas, pasteles, helados, bizcochos y comidas rápidas, como hamburguesas, pizzas, hot dogs, etc.
Pese a todo, los mismos alumnos reconocen que esta medida tiene más sentido en escuelas de nivel básico.

Señalon que la mayoría ya es mayor de edad, hace ejercicio y tiene mayor conciencia sobre lo que consume, aunque no siempre alcance el presupuesto.
“Como son niños pequeños, en ellos es necesario erradicar ese consumo de comida chatarra. Aquí en la facultad como la mayoría es mayor de edad pues puede tomar la decisión de qué no consumir”, señaló Emmanuel Salgado.
Por ahora, la ley avanza en papel, pero en los pasillos universitarios, el menú sigue casi igual. La comida chatarra aún no hace las maletas.
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