Algunos arrastraron la cobija, otros corrieron sin zapatos y a otras, se les escapó su perro. La madrugada de este jueves, las calles se llenaron de pijamas y sueños interrumpidos por la misma pesadilla: tres días después del 19 de septiembre,otro sismo sorprendió a los capitalinos, y esta vez cobró al menos dos vidas.
La alerta sísmica despertó a decenas de personas que apenas comenzaban a recuperarse del temblor del lunes. Aunque no todas pudieron correr hasta un punto seguro a tiempo, pues al menos 260 altavoces fallaron, lo que provocó que el movimiento tomara a muchos desprevenidos. Mientras que los de sueño pesado ni cuenta se dieron.
Fue un sismo particular, documentado desde TikTok. Donde sí sonaron los altavoces, las personas salieron de sus casas como pudieron y decenas de videos en esta red social, documentaron el caos de una alerta en madrugada.
“¡Váyolet! ¡Váyolet, ven! ¡Váyolet!”, gritó desesperada una mujer a su gata que salió corriendo de su casa, interrumpiendo la transmisión de un joven que estaba a punto de contar su experiencia, cuando perros y gatos corrieron detrás de él, escapando de la alerta y hasta de sus dueñas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador también se despertó. Reportó en su cuenta de Twitter un sismo de 6.9 con epicentro en Coalcomán. Dijo que se sintió en Michoacán, Colima, Jalisco, Guerrero y la Ciudad de México sin daños mayores. Después, dejó el iPhone y tomó el famoso teléfono rojo en una oficina repleta de papeles desordenados, donde habló con el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
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Más tarde se puso una camisa blanca y saco negro y, desde su despacho, habló con la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, y con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien después reportó el fallecimiento de dos personas: un hombre por un infarto y una mujer que se golpeó la cabeza al caer de las escaleras intentando desalojar su vivienda.
Las calles se llenaron de pijamas de gran variedad: estampados de borregos, pants y sudadera, shorts y calzoncillos, y varias cobijas para abrazarse en medio del frío. Algunos ni siquiera alcanzaron a ponerse los zapatos y salieron brincando entre el pavimento mojado por la lluvia.
“¡Madres, madres! ¡y tú ahí con el teléfono! ¡Salte ya!”, grita un hombre a otro que graba el movimiento de las lámparas de su sala en pleno sismo.
Otros, por el frío, la lluvia y la hora, prefirieron contemplar y documentar el sismo desde sus casas y luego postearlo en las redes. Como una joven graba desde la azotea de su casa junto a su mamá y una niña, hasta que un corto provoca que la ciudad se quede a oscuras: “Madres, má’, mejor sí hay que bajarnos”, dice asustada mientras su madre se muestra asombrada por las luces de colores que provoca el choque de la tierra.
“Mira, qué bonito se ve”, les dice, y su nieta la interrumpe: “Tita no digas eso, está temblando”, y suplica en voz bajita: “Ay, Diosito, cuídanos”.
En otro punto de la ciudad, más de 60 mil personas apenas desalojaban el Foro Sol cuando la alerta sísmica se activó. La cantante británica Dua Lupa también terminó en la calle, rodeada de sus escoltas que la ayudaban en medio del shock. Algunos de sus fans lograron captarla ahí mismo y otros, tuvieron que salir de restaurantes y taquerías, envueltos en brillos y transparencias, por ir personificados como ella.
El gobierno capitalino reportó que 113 escuelas resultaron con daños menores y siete con riesgo medio, mientras que un edificio en Doctor Lucio número 126 fue catalogado como de alto riesgo y otros cuatro en nivel medio.
Así, septiembre se resiste a dejar la fama del mes de los sismos. Entre cobijas y pantuflas mojadas, el susto y la incertidumbre, volvió a temblar. Mientras Dua Lipa se llevó de recuerdo un concierto histórico y telúrico, que sólo México le pudo dar.
EHR
