El móvil del ataque que provocó la muerte de Teresa González Murillo, líder de los comerciantes ambulantes del Centro Histórico de Guadalajara e integrante del Colectivo de Luz de Esperanza habría sido el robo de dinero, informó la Fiscalía de Jalisco.
Según la investigación de la dependencia, el pasado 27 de marzo, Teresa fue atacada al interior de su domicilio ubicado en la colonia San Marcos, en Guadalajara alrededor de 23:30 horas, cuando dos hombres entraron a su casa aprovechando que la puerta estaba abierta.

Uno de los agresores traía un arma de fuego, con la cual amenazó a Teresa, de 53 años, y a otras personas que estaban dentro de la finca, mientras que un tercer hombre esperaba afuera, después dispararon en contra de Teresa.
Dos de los atacantes huyeron en motocicletas y el tercero abandonó otra (moto) en el lugar y escapó corriendo. Por el uso de estos vehículos se descarta que los sujetos quisieran privarla de la libertad.
Un testimonio que recabó la Fiscalía mencionó que Teresa solía afirmar que estaba acostumbrada a ser amenazada, y otro señaló que el día del ataque la víctima tenía una gran cantidad de dinero, producto de sus ventas y de una tanda en la que participó; todo el efectivo se lo robaron esa noche.
Teresa era una guerrera en la búsqueda de su hermano
Apenas 13 días antes del atentado que terminó arrebatándole la vida, Teresa alzaba así la voz afuera de Palacio de Gobierno por los desparecidos.
"No somos uno ni somos cien somos miles los que le exigimos justicia y esclarecimiento de nuestros desaparecidos”, gritó junto al Colectivo de Luz de Esperanza al que se unió después de que su hermano Jaime desapareciera en septiembre del 2024.
“Ella busca a su hermano desde el año pasado, desde el dos de septiembre, entonces se une con nosotros porque pues lo que quería era ayudar, aportar, encontrar y pues saber qué es lo que sucedió con su hermano, que no quedara nada más en el olvido y decir pues se lo llevaron y ya, ese era su fin, ese era lo que ella buscaba, encontrar a su familia, nada más eso”, detalló Liliana Meza, presidenta del colectivo Luz de Esperanza.
Teresa era una hermana incansable en la búsqueda de justicia y el 15 de marzo, durante el luto nacional por Teuchitlán, fue enérgica en sus exigencias.
"Y que sepa que estos colectivos unidos por el amor a nuestros desaparecidos seremos incansables en la búsqueda en toda y cada una de las narcofosas", dijo en aquella ocasión la activista.
Los colectivos buscadores de personas desaparecidas exigen justicia para Teresa, quien siempre luchó codo a codo con todas las familias buscadoras.
“En la vigilia estuvo presente y levantó la voz, realmente fue alguna de las madres familiares de desaparecidos que estuvo levantando la voz, ahora sí que por todos los que no estaban”, dijo Liliana Meza.
Teresa tenía 53 años, se dedicaba a la venta de comida, además era lideresa de un grupo de comerciantes, tras el ataque tuvo que recorrer varios hospitales, porque no querían atenderla.
"Estamos exigiéndole al gobierno que se haga cargo de los gastos funerarios, que se haga cargo si hay alguna deuda en el hospital, porque ella llegó a un hospital y como no era derechohabiente no la atendieron, o sea, la tuvieron que trasladar a otro lugar”, señaló Liliana Meza.
Familia teme represalias
Mientras la Fiscalía emitió un comunicado destacando que una línea de investigación apunta a que el móvil del atentado habría sido el robo de dinero, ya que el día del ataque recibió una cantidad fuerte de efectivo de una tanda, su familia está desconcertada y temerosa de represalias.
“Están con el temor de saber dónde, por qué, quién y pues con el temor de que haya represalias con algún otro familiar. Están mal, está terriblemente la familia”, señaló.
Según las indagatorias de la Fiscalía un testimonio señaló que la víctima solía afirmar que estaba acostumbrada a recibir amenazas, esa noche dos hombres con arma de fuego entraron a su casa intentando privarla de su libertad y terminaron disparándole. Teresa se fue sin saber dónde está Jaime, se fue sin encontrar justicia.
MC