Hace unas semanas, Alicia se ilusionó en comprar un auto nuevo, para ello, pensó, lo primero que tenía que hacer era vender el vehículo modelo 2008 que poseía, y con los 54 mil pesos que obtendría por él, iniciar su camino para adquirir una mejor unidad.
Sin embargo, su historia, como la de varios más recientemente, no tuvo un final feliz, sino todo lo contrario, luego de que resultó víctima de fraude, y derivado de ello, se quedó sin coche, sin dinero y sin sueño cumplido, pero, eso sí, con miedo y con la sensación de que las autoridades no hicieron nada para ayudarla.
De acuerdo con la joven, tras poner en una página de internet un anuncio de que vendía su carro, recibió la llamada de una señora, la cual se mostró interesada en hacer la compra, y pactaron verse en un centro comercial para mostrarle su auto.
"Cuando llegó, tarde, me dice que no trae el efectivo en la mano, y tuvo el cinismo de decir que porque antes ya le habían jugado chueco, pero que me iba a hacer un depósito del dinero.
"Fuimos al banco donde yo tenía mi cuenta, llegamos, y ella me iba a hacer el depósito en ventanilla, y cuando me entrega el ticket veo que dice cheque de otro banco, y me llega una alerta a mi celular y dice que recibí una transferencia electrónica de otro banco", comentó la víctima a Milenio Monterrey vía telefónica.
Después, compartió, su saldo le aparecía en cero, por lo cual, ahí mismo, y con la "chava" a un lado, le preguntó a la asesora que cómo funcionaba esa transferencia que le habían hecho.
La respuesta de la asesora fue que el monto ya estaba en su cuenta, pero que se iba a tardar en reflejarse, y que no se preocupara porque como era electrónico, el dinero estaba seguro, entonces, aceptó, se confió.
"Le di los papeles, no hicimos el cambio de propietario porque lo íbamos a hacer al día siguiente, me dejó su teléfono y una copia de su IFE, eso fue un sábado, ya el lunes me llega una notificación que dice cheque cancelado.
"Entonces yo me asusté, le hablé a la chava, sí me contestó, le dije que era la que le vendió el carro y me colgó, vuelvo a llamar y me contesta un señor, y me dice 'no, este teléfono ya no es de ese señora y ya no llames'", recordó.
Tras ello, entendió que había sido timada, y acudió a la policía, y no tuvo respuesta satisfactoria, llamó al seguro, el cual no cubre ese tipo de acciones, acudió a la institución bancaria y nada quisieron hacer por ella, para por último, terminar su calvario denunciando el fraude en el CODE.
"Le hablé a la policía y me dijeron que no podían hacer nada porque no era un robo, como yo había cedido el carro no procedía como robo y que lo único que me quedaba hacer era denunciarlo en el CODE, no recibí ayuda de la policía porque me dijeron que era mi culpa por no hacer los procesos correctos y en el CODE me dijeron que iban a iniciar una investigación pero que era muy difícil encontrar a la persona.
"Y en el banco me dijeron que no me podían dar información de la cuenta que se me depositó, y que no podían brindar los videos", lamentó.
Posteriormente, y para alertar a otras personas, publicó su caso en redes sociales, donde no faltaron los discursos de los que ya formaban parte de las víctimas de esta joven mujer que se hace acompañar de un adulto, supuestamente su esposo, y un bebé.
"Mi interés en contar mi historia es ayudarle a alguien más, y alertar sobre estas personas que son las mismas en todas las narraciones" y que, afirmó, están cometiendo este tipo de fraude en el área metropolitana de Monterrey.