Fieles católicos pertenecientes a las comunidades de Nexatengo, Santa Lucía Cosamaloapan, San Isidro Huliotepec, San Félix Almazan y Santa Ana Yancuitlalpan, que tuvieron que abandonar estas tierras hacia Estados Unidos para buscar mejores oportunidades, han dejado de asistir a la procesión que recorre sus comunidades, debido al endurecimiento de las políticas migratorias establecidas por Donald Trump. Como Lupita, hija de Guadalupe Benítez Romero, que ya tiene varios años sin venir, pues no tiene papeles y regresar "esta cada vez más duro".
Pese a las decenas de veces que se repite esta historia, la llamada procesión de Nexatengo, no se detiene y cada día llegan más fieles, cerca de 8 mil,según presumen.
Los devotos católicos, quienes reciben el apoyo económico de sus familiares del otro lado de la frontera, ornamentan la carretera entre sus poblados y las calles con flores y alfombras multicolores donde diseños monumentales recrean los principales iconos del catolicismo.
Tras siete kilómetros de una procesión donde figuran engrillados, vírgenes y cófrades, todos llegan al último poblado donde son recibidos con mole y aguas frescas.
MITM
