A pesar de que el Parque Nacional Cumbres de Monterrey abastece el 70 por ciento del agua que consume la capital de Nuevo León, perdió 11 mil 165 hectáreas de protección tras 47 juicios de amparo interpuestos por particulares en 2003, lo que equivale al 6.2 por ciento de las 177 mil 395 hectáreas que conformaban la superficie del área protegida asentada en la Sierra Madre Oriental.
“De los 47 amparos, se perdieron 26, de los cuales 12 obtuvieron sentencia para efectos, es decir, que se deberá otorgar garantía de audiencia a los quejosos. Los 14 restantes obtuvieron sentencia lisa y llana, por lo que se les deberá excluir del Decreto”, informó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) al anunciar que en coordinación con el gobierno de Nuevo León trabaja en la elaboración del Programa de Manejo de ese parque nacional.
La dependencia señaló que el borrador estará terminado en el mes de abril para ser sometido a consulta pública, realizará una serie de talleres que involucren a toda las partes interesadas, ya que en el proceso interviene el Consejo Asesor del parque nacional, integrado por representantes de las presidencias municipales de la zona, ejidatarios, sector turismo, organizaciones no gubernamentales, usuarios, academia y pequeños propietarios.
“El Programa de Manejo permitirá regular y planear las diferentes actividades a realizarse dentro del Área Natural Protegida (ANP) y, con apoyo del Consejo Asesor, se alineará a las especificaciones del decreto de creación del Parque Nacional y de ordenamientos superiores, como la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA)”.
El Parque Nacional Cumbres de Monterrey alberga a las comunidades vegetales de mayor valor ecológico de Nuevo León, presenta desde zonas áridas con especies propias de las regiones desérticas, pasando por matorrales con diversos tipos de vegetación, hasta bosques principalmente de pinos y encinos en las partes más altas, así como pastizales y diversas composiciones florísticas a lo largo de los ríos y cañadas, destacó la dependencia.
Ahí se han registrado mil 368 especies de flora y fauna, 73 consideradas en peligro de extinción, amenazadas, endémicas o bajo protección especial.
Está considerado como un área de importancia para la conservación de las aves. También se aprecian especies como el coyote, el puma, el tejón, el mapache, el venado Cola Blanca, el tlacuache, el armadillo, el jabalí, la zorra Gris, la liebre y las ardillas Gris y Roja.