Guadalajara lleva en todas sus letras no solo el nombre de un municipio, de la capital de Jalisco, sino que es una marca registrada, ícono de México y orgullo jalisciense.
Si bien es cuna de grandes hombres y mujeres que han aportado a la grandeza de nuestro estado y de México, el nombre de esta ciudad merece respeto y no puede ser utilizado para protagonismos personales ni se puede jugar con el nombre que lleva en sí el reconocimiento internacional que se ha ganado a lo largo de la historia.
Fray Antonio Alcalde fue un personaje de suma importancia para la historia, no solo de Guadalajara sino de todo Jalisco, que merece todo el reconocimiento y respeto, pero el nombre de nuestra ciudad tampoco puede alterarse por ocurrencias personales o para sacar provecho mediático o de “lucimiento”.
Hago un llamado al regidor Luis Cisneros a concentrarnos en lo que realmente necesita nuestra ciudad, con iniciativas serias y no sensacionalistas. Guadalajara es grande y requiere regidores a su altura.
JMH
