Con el empoderamiento, las mujeres que son mamás han tenido que modificar el rol y, en su mayoría, quienes ejercen una profesión u oficio señalan que el trabajo y el papel es doble; las que están dedicadas al hogar coinciden que la comunicación y confianza hacia los hijos se ha fortalecido y las actividades de la casa son igualitarias.
Además, conforme pasan las generaciones, la forma de educar a los hijos y de llevar una familia ha cambiado, desde distribuir las actividades hasta la convivencia.
En entrevista con Multimedios Puebla, Rocío Doroteo, de 41 años de edad, quien es mamá de Valentina,de ocho años, indicó que la forma de educar en la actualidad cambió hasta la forma de vivir.
Compartió que su formación fue diferente a la que recibe su hija, ya que su progenitora no tuvo la necesidad de trabajar fuera de su hogar. Esto representó que contará con mayor atención y dedicación, pero a la vez con una educación estricta.
Ante esto, indicó que el ejercer su profesión, representó que la enseñanza que implementa hacia su hija sea distinta, porque no hay una presencia física al 100 por ciento debido al tiempo que dedica a la oficina.
A su vez, Janette Andrade, de 45 años de edad, quien es madre de una joven de 16 años y un hijo de 13 años de edad, destacó que es comprensiva, por ello respeta sus ideales y forma de vestir.
Recordó que, cuando ella era adolescente, no le permitieron usar escotes o minifaldas. E incluso manifestó que aprende de sus hijos y los acompaña en sus sueños, metas y gustos, pero al mismo tiempo pone límites para que esto funcione.
Algo que subrayó es que los valores son importantes y no se deben perder, así como el apoyo en las actividades de la casa.
Por otra parte, Mariza González, con 34 años de edad; una madre joven, ya que tiene un adolescente de 13 años y un menor de cuatro años de edad, precisó que cuando ella era niña su progenitora no tuvo la necesidad de trabajar y contó con su acompañamiento.
“El acercarte a tus hijos actualmente es más fácil, porque antes te sentías juzgado y en mi caso es algo que evito, y les he dado la confianza para que se acerquen a mí, para que puedan comunicar todo lo que sienten o piensan”, aseguró.
A se vez, Elvira Merino quien tiene 64 años de edad es y originaria de Santa María Xonacatepec, contrajo matrimonio a los 18 años de edad, y a los 20 años se convirtió en mamá; desde ese momento, se dedicó a desarrollar este rol.
Ella narró que de joven no contó con la oportunidad de estudiar y cumplir con su sueño de ser enfermera, por ello, al tener a sus hijos, se esforzó junto con su esposo para que sus consanguíneos se prepararan y tuvieran una mejor calidad de vida.
Incluso, dijo que en su generación se consideraba que a las mujeres no les servía de nada el estudio, y no tenían la misma oportunidad profesional que el hombre, además, no se les permitía tutear a los padres, algo que en la actualidad es muy común.
A su vez, recordó que cuando sus hijos eran solteros le dedicaba la mayor parte de su vida a las labores de la casa y atender a sus descendientes.
“Lo que me hizo falta fue más preparación para apoyar a mis hijos”.
Cabe señalar que las entrevistadas coincidieron en que no importa el doble trabajo que hagan, ya que el ser madre es el regalo más grande y vale la pena ejercer su maternidad a pesar de los retos que tiene la vida.
AV