Ante una alta demanda de agua, la disminución de lluvias y reducción de zonas de recarga de los mantos freáticos ante el crecimiento de las manchas urbanas, el nivel de la cuenca del Atoyac que se encuentra bajo el valle de Puebla registra un abatimiento de 110 metros de profundidad.
De acuerdo con análisis de Ignacio Muñoz Máximo, responsable de Geociencias Aplicadas, Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), la cuenca presenta un alto grado de deterioro, existe una gran presión sobre los recursos hídricos y los ríos principales y tributarios se encuentran contaminados.
“La cuenca del Atoyac se encuentra en estrés hídrico, pero también, se encuentra sobre explotado. En el año 2006, ya se registraba una sobre explotación y un abatimiento de 80 metros de profundidad; para el año 2010, la pérdida es de hasta 105 metros de profundidad y para este año se estima una disminución de 110 a 115 metros de profundidad”, comentó.
El análisis revela que existe una sobre explotación agrícola, industrial y urbana; y al mismo tiempo, se registra una mayor demanda del recurso hídrico ante el crecimiento de la mancha urbana, y con ello, de viviendas.
Actualmente, la mayor parte del agua para consumo humano, entre un 75 y 90 por ciento, en la zona metropolitana de Puebla, se extrae de pozos, es decir, de las aguas subterráneas y de la parte superior del acuífero del valle poblano.
“El acuífero se encuentra en equilibro si se toma en cuenta la información disponible a partir del año 1997; sin embargo, en trabajos de campo se pudo detectar que cuando uno modifica los parámetros, se puede apreciar un severo estrés y un abatimiento del acuífero. En el momento en que se presenta el abatimiento, las aguas que se encuentran en zonas más profundas, a unos 200 metros, comienzan a invadir las aguas que están en la parte alta”, explicó
Muñoz Máximo señaló que en la zona de Angelópolis se perforó un pozo con el objetivo de obtener agua para consumo humano; sin embargo, se detectó que el vital líquido era sulfuroso y con diferentes componentes.
“La mancha urbana creció 700 por ciento. Con el crecimiento de la zona urbana, se apreció un desplazamiento de las zonas agrícolas a los alrededores. Hemos perdido zonas de recarga efectiva de agua”, comentó.
Otro de los problemas que se presentan en la cuenca del Atoyac, en la contaminación de ríos y cuerpos de agua, como las descargas residuales irregulares en el Atoyac. Al menos, 87 por ciento de las descargas al afluente se relacionan con aguas residuales de viviendas.
Uno de los puntos en donde se presenta la mayor concentración de contaminación es la barranca "El Conde", que se ubica en la zona de la Central de Abasto, al norte de la capital del estado.
“La situación de la contaminación es grave. Ya se hallaron tuberías de aguas negras que no están conectadas al drenaje y desembocan en pastizales, afectando la vegetación de la zona, donde comentó existen plantíos de verduras”, explicó el investigador.
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