Aunque el contraflujo de la avenida Gonzalitos redujo el tiempo de circulación de Monterrey hacia San Pedro, afecta a quienes transitan en el sentido contrario.
La primer problemática se origina a la altura de la avenida Morones Prieto en dirección al norte, donde concluye la vía reversible, pues se forma un cuello de botella al pasar de tres a solo dos carriles.
En ese punto, las filas de vehículos de quienes provienen de Ricardo Margain o Lázaro Cárdenas abarcan varios kilómetros en donde el tráfico avanza a vuelta de rueda y las largas filas llegan hasta Lázaro Cárdenas.
Otra de las complicaciones es para los automovilistas que buscan dirigirse hacia la calle Hidalgo, quienes le cierran el paso a los conductores que se incorporaron de Morones Prieto.
En el sitio colocaron conos para delimitar los carriles, por lo que no dan oportunidad de que los conductores puedan maniobrar con tiempo.
Las autoridades de Monterrey aseguraron que con el carril de contraflujo, que abarca 3.5 kilómetros de la avenida Gonzalitos, el tiempo de traslado se redujo de 18 a cuatro minutos.
Y aunque en primera instancia señalaron que solo sería un periodo de prueba, pocos días después dieron a conocer que su instalación es permanente en un horario de 06:30 a 08:00 horas.
mrg
