Comunidad

Consejo de la Crónica reúne a los relatores de Puebla en el tiempo

Edición Fin de Semana

Los integrantes del CCEP son los encargados de difundir, de preservar e incluso atesorar los aspectos que tienen que ver con las historias de sus comunidades.

Creado el 15 de agosto del 2001, el Consejo de la Crónica del Estado de Puebla (CCEP) es el órgano que se encarga de aglutinar a aquellas personas “enamoradas de sus municipios, aquel que conoce de sus tradiciones, de su historia, gastronomía y, sobre todo, que le gusta trasmitir estos conocimientos para que no se pierdan en el transcurso del tiempo”.

Pedro Mauro Ramos Vázquez, secretario general del citado CCEP y jefe del Departamento de Cronistas, indica que los integrantes “son los encargados de difundir, de preservar e incluso atesorar los aspectos que tienen que ver con las historias de sus comunidades”. 

En ese sentido, aclara que muchas veces al cronista se le confunde con el “historiador” de cada lugar, cuando en realidad son relatores de los acontecimientos de su tiempo y del pasado; por ello, la designación oficial como cronista de un municipio la otorga el Cabildo: 

“Generalmente se eligen a aquellas personas que de alguna manera hayan destacado en este sentir de dar a conocer la historia de sus comunidades”.

Ramos Vázquez precisa que cualquier persona puede ser cronista, “puede ser a lo mejor la persona que da ‘bola’ (lustrador de calzado) en el parque, puede ser a lo mejor el panadero, la persona que trabaja en la tiendita porque son quienes conocen su comunidad, tienen ese acercamiento con ellos y obviamente con el trascurso del tiempo dan a conocer de una manera muy amena estos conocimientos”.

Comenta que si bien no se requiere un perfil académico específico, se deben cumplir con algunas características para ser el cronista, “por lo menos tener los conocimientos de la historia de su comunidad”.

Respecto al legado del estado de Puebla, resalta que es inmenso, de ahí que deba preservarse: 

“Si nos vamos a la parte céntrica, somos un lugar donde se creó como tal el conjunto de muchos sueños, que en unión de los saberes y el conocimiento ancestrales de las comunidades y pueblos originarios forman hoy en día la riqueza histórica y cultural del estado”.

Añade que lo mismo ocurre con el interior del estado, en especial, porque muchas de las comunidades en los 217 municipios son pueblos originarios, “por ejemplo, Cholula es conocida como la ciudad viva más antigua de toda América”.

Ramos Vázquez señala que los 217 municipios del estado tienen cronista, incluso, algunos tienen un Consejo de la Crónica Municipal, “en el que están 10 personas (…) en todo el estado tenemos alrededor de 300 cronistas distribuidos en algunas categorías, como son municipal, auxiliar, de barrio, gastronómico, juveniles e infantiles”.

Menciona que estos nombramientos son simbólicos sin remuneración, ya que dentro de la Ley Orgánica Municipal no se estipula que el cronista sea un trabajador de algún ayuntamiento, “aunque sí nos regimos y nos basamos de las actividades de los ayuntamientos”.

Refiere que los nombramientos son vitalicios, es decir, no existe un tiempo determinado para el cumplimiento de sus funciones, “ya que el llevar y contar nuestra historia sería muy difícil estar cambiando cada tres años a estas personas que van recopilando y llevan el conocimiento de todas las actividades que se hacen en los municipios”.

No obstante, Ramos Vázquez aclara que los cronistas deben de cumplir con ciertas normas, “que son el entregar trabajos constantes, la coordinación en el Consejo de la Crónica, no ausentarse por más de un año sin dar, sobre todo, entrega de trabajos”.

Pedro Mauro Ramos Vázquez. (Melanie Torres)
Pedro Mauro Ramos Vázquez. (Melanie Torres)

Gusto por conocer la historia

En su caso específico, narra que su gusto por esta actividad se dio en la infancia cuando al realizar una remodelación en la casa de sus padres encontraron cinco figurillas prehispánicas, lo que le llamó mucha la atención de cómo era posible que se pudiera encontrar algo hecho por el hombre de hace mucho tiempo.

“Mi padre me las obsequió y me dijo, ‘para que algún día hagas un museo’. Me quedó tanto ese gusto de querer conocer qué había atrás, que fue así que poco a poco un dato fue llevándome a otro y después a otro, pues con eso, nosotros los cronistas nos vamos formando, con la participación, el acercamiento y adentrarnos a la historia de nuestras comunidades”.

Próximo a cumplir 13 años como cronista, manifiesta su interés por la historia del siglo XIX “porque ahí se está formando nuestra identidad como mexicanos, ejemplo de ello la Batalla del 5 de Mayo, el Sitio de Puebla y la Toma de Puebla”.

Por último, subraya que el primer cronista oficial reconocido en Puebla fue Miguel Marín Hirschman en 1965, “muy amigo de Hugo Leicht; después Efraín Castro Morales, Héctor Silva Andraca y Pedro Ángel Palou”.

mpl

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