Pericoapa, de los mercados más conocidos del sur de la Ciudad de México, es sólo uno de los centros comerciales de la capital cerrados por el regreso al semáforo rojo debido al incremento de casos de coronavirus.
Aunque las puertas del lugar fueron cerradas, algunos vendedores con puestos semifijos, y hasta con sus propios coches, venden sobre la Avenida Miramontes para poder recuperar un poco de la inversión que hicieron por las fiestas decembrinas.
Los comerciantes aseguran que tuvieron que salir a las calles de nuevo, además de que todavía no superan las consecuencias del primer semáforo rojo en la Ciudad de México, muchos de ellos quedaron con deudas grandes al tener que cerrar sus locales y seguir pagando rentas. Ante ello, decidieron invertir su dinero en más mercancía que pensaban distribuir a lo largo de diciembre, uno de los meses más fuertes en ventas para ellos.
Sin embargo, pese a que en las calles siguen algunas medidas de seguridad sanitaria, atienden a cualquier comprador que transite por el lugar.
Muchos de los comerciantes sólo se apoyan del cubrebocas para atender a la clientela desde el medio día hasta la noche, cuando quitan sus puestos provisionales pero siempre con la incertidumbre de saber si llegara un operativo a quitarles sus cosas y sacarlos del lugar.
FS