Bajo el sol, con los rayos abrazadores y el calor sofocante, Jesús no ha parado de trabajar vendiendo bebidas rehidratantes en el crucero de avenida González Gallo y Calzada Independencia en Guadalajara.
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El joven tiene 9 años vendiendo a los automovilistas bebidas cuando el semáforo se pone en rojo y dice, nunca había sentido tanto calor como en estos últimos días. La exposición prolongada a temperaturas que han alcanzado los 40 grados le han causado malestares.
“Hubo una ocasión en la cual me pegó el calor demasiado que hasta ya me estaba sangrando la nariz”, compartió.
Pero Jesús no es el único que labora en la calle de sol a sombra y ha sentido los estragos de las altas temperaturas. Christian es limpiavidrios en el mismo cruce. Para él la jornada de casi 12 horas se ha vuelto complicada
“Me andaba casi desmayando, ahí me quedé dormido, pinche calorón y también ayer estuvo bien pesado quieras o no”, dijo.
Para evitar malestares, el joven de 19 años decidió diferir su horario y tomar más descansos porque el calor no le permite hacerlo de corrido como acostumbra.
“Le doy unas dos horas y voy y descanso, otras dos horas y voy y descanso, saco 200 y voy y descanso y así pues”, señaló.
Pero no todo son malestares, para Jesús el calor también trae buenas noticias pues la venta de sus bebidas aumenta hasta 30%.
“Se puede decir que con este calor me está yendo muy bien la verdad, compran más”, dijo.
Y para mantener el ritmo se mantiene hidratado, mientras trabaja, tola alrededor de cuatro litros de agua.
Tanto Jesús como Christian esperan que el calor ceda un poco pues están conscientes de las consecuencias que trae a su piel y salud trabajar con altas temperaturas.
MC
