“Es tan importante lo logrado en este periodo que hasta podría dejar la Presidencia sin sentirme mal con mi conciencia”, afirma Andrés Manuel López Obrador en su nuevo libro, A la mitad del camino.
“En especial lo recomiendo a nuestros adversarios para que conozcan las razones, los argumentos de lo que estamos llevando a cabo. La política es, entre otras cosas, pensamiento y acción… Entonces, les aseguro que no se van a aburrir, no van a bostezar, les va a gustar, aun cuando no estemos de acuerdo”, afirmó.
Las primeras líneas de su obra hablan sobre el ejercicio de revocación de mandato previsto para marzo y se dice seguro de que la ciudadanía votará a favor de que continúe con su periodo constitucional hasta 2024.
“Desde luego, no solo es esto lo único que necesito para concluir mi misión: falta lo que diga la ciencia y el Creador, pero, si tengo suerte y termino mi mandato, creo que vamos a consumar la obra de transformación y no dejaremos ningún pendiente. Cuando esté entregando la banda presidencial podré exclamar a los cuatro vientos la expresión: ¡misión cumplida!”.
El Presidente asegura que su nuevo libro “es un testimonio de lo alcanzado hasta ahora, de los desafíos pendientes y de cómo imagino que estará el país en 2024”.
En el primer capítulo, titulado “El presente”, aborda las políticas implementadas por su gobierno desde “enderezando entuertos”, el regreso de la inversión pública o la estrategia contra la pandemia por covid-19.
El capítulo dos lo dedica a la política exterior, la “sorprendente” relación con Donald Trump y la misión Bolivia que dio asilo político a Evo Morales.
En el capítulo tres expone la relación con la oposición, la prensa, los intelectuales, el conservadurismo en las clases medias y la lección de las elecciones intermedias.
Plantea: “Nunca olvidemos que los pobres son los más agradecidos” y deja en claro que por muchas razones serán los ciudadanos predilectos de su gobierno.
En el capítulo cuarto, que titula “El porvenir”, aborda temas como la autosuficiencia energética, el desarrollo del sureste del país, el turismo cultural, el estado de bienestar, la paz y felicidad.
Narra que uno de los mayores retos de su administración ha sido enfrentar la inseguridad y la violencia en el país, y revela que en el proceso de transición el entonces presidente Enrique Peña Nieto le confesó “de manera sincera (…) que no había podido resolver el problema de la violencia: la Marina le había cumplido deteniendo a Joaquín Guzmán Loera, pero el Ejército no había podido aprehender a Nemesio Oseguera Cervantes, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación”.
El mandatario devela también lo que Peña Nieto le dijo sobre su relación con la oligarquía. “Él se quejaba de la traición de quienes recibieron favores y luego lo desconocieron y hasta lo convirtieron en el payaso de las cachetadas. La ingratitud es un distintivo de este grupo de potentados”, expone en el capítulo tres donde habla de sus opositores.
Al final del libro hace un reconocimiento a las Fuerzas Armadas y asegura que sin su lealtad no se tendrían los resultados obtenidos en materia de seguridad ni tampoco la ejecución de obras públicas. Puntualiza que acusarlo de militarizar el país carece de toda lógica.
Gobierno en vivo
López Obrador llegará a su tercer Informe de gobierno con mil cinco días como Presidente, de los cuales ha pasado mil 224 horas frente a las cámaras de las conferencias mañaneras.
Es el equivalente a estar 51 días consecutivos transmitiendo en vivo o dedicar poco más de una hora diaria de su tiempo solo a ese fin.
Desde el atril de las 683 conferencias desde Palacio Nacional que acumuló hasta el viernes pasado, el mandatario ha dado órdenes a sus colaboradores, se ha confrontado con la oposición y hasta ha despedido a funcionarios. El 27 de agosto fue la única vez que no pudo encabezar una mañanera.
Según la oficina de la Presidencia, las conferencias no tienen ningún costo extra al presupuesto destinado a la difusión de actividades del mandatario.