Este martes, poco antes de las 18:00 horas, cerca de una veintena de policías viales y estatales se desplegaron en los cruces de las calles Los Cántaros y Adolf B. Horn, en la colonia Los Cántaros de Tlajomulco de Zúñiga, para montar un retén que, desde el inicio, generó tensión entre los motociclistas y vecinos de la zona.
El operativo, como ya es costumbre en el sur del Área Metropolitana, iba dirigido a los conductores de motocicletas: una estrategia para frenar irregularidades como la falta de placas, cascos, licencias o tarjetas de circulación, pero que cada vez despierta más resistencia entre la ciudadanía.

Durante los primeros minutos, la intervención se desarrolló con normalidad: revisiones a pie de calle, documentos en mano, algunas infracciones, otras advertencias. Las primeras motocicletas comenzaron a ser enganchadas por las grúas tras la detección de irregularidades. Hasta ahí, nada fuera de lo esperado. Pero en cuestión de minutos, la tensión comenzó a elevarse.
Lo que empezó como inconformidad verbal por parte de algunos conductores derivó en una oleada de insultos, empujones y gritos. La presencia de los agentes no solo no apaciguó los ánimos, sino que pareció avivar la furia de quienes se sentían injustamente tratados. A diferencia de otros retenes en esta ocasión los elementos estatales no contaban con el respaldo inmediato del Ejército ni de la Guardia Nacional.
Con los ánimos caldeados, más vecinos se sumaron a la escena. No era difícil saber de qué lado estaban: la calle se inclinó en masa contra los uniformados. En un parpadeo, la desventaja numérica de los agentes se volvió insostenible. Los intentos de diálogo se diluyeron entre los gritos, y en cuestión de minutos los policías se vieron rodeados y superados.
La escena que siguió fue tan increíble como sintomática: sin oposición real, los civiles comenzaron a desenganchar las motocicletas ya aseguradas. Algunos trepaban las grúas, otros empujaban con fuerza, entre gritos de burla y palabras altisonantes dirigidas a los oficiales. Los elementos viales, ya completamente rebasados, optaron por no intervenir más allá de lo necesario. Era eso o escalar el conflicto a niveles de violencia física. Decidieron ceder.
Lo ocurrido no tardó en llegar a las redes sociales. En videos grabados por los propios involucrados y algunos testigos, se observa cómo los ciudadanos bajan sus vehículos de las grúas ante la pasividad de los policías. Las imágenes fueron acompañadas de risas, burlas y comentarios celebrando el “triunfo” sobre la autoridad. La viralización fue casi inmediata.
Motosimi0s agreden a policías y agentes de Fiscalía para evitar que se lleven sus motocicletas retenidas por no traer la documentación necesaria, esto en Adolf Horn a la altura de Los Cántaros en Tlajomulco. pic.twitter.com/OnCX0xFWny
— Jalisco Rojo (@JaliscoRojo_) May 28, 2025
¿Qué dijo la Policía Vial?
Desde la Comisaría de la Policía Vial Estatal se confirmó que los agentes actuaron con contención deliberada para evitar mayores enfrentamientos y que, afortunadamente, no se reportaron personas heridas ni entre los ciudadanos ni entre los elementos. La decisión de permitir que los motociclistas recuperaran sus unidades, dijeron, obedeció al intento de evitar una confrontación mayor.
Pero el incidente deja preguntas más profundas sobre la efectividad de los operativos, la percepción ciudadana y los límites de la autoridad en espacios donde, claramente, su presencia no es suficiente para imponer el orden. No es la primera vez que sucede, y si la tendencia continúa, tampoco será la última.
Mientras tanto, el mensaje quedó claro y circula en redes: en Los Cántaros, al menos por este día, la ley se bajó de la grúa a empujones. De acuerdo con datos de la propia Secretaría de Seguridad, estos operativos forman parte de una estrategia permanente en municipios con alta circulación de motocicletas, derivada del incremento de accidentes y delitos cometidos a bordo de este tipo de vehículos.
Tan solo en el último año, las autoridades han asegurado más de 5 mil motocicletas en área metropolitana por diversas irregularidades, lo que ha generado críticas tanto por el perfil preventivo de los retenes como por el uso discrecional de la fuerza
SRN