El asesino de tres estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad de México (UCM) se les acercó preguntándoles si vendían “vicio”.
Iba acompañado de otros dos sujetos, a quienes las víctimas ignoraron. Furioso, el agresor sacó una pistola y apuntándoles gritó: “¡No se hagan pendejos, denme lo que tengan... chingaron a su madre!”.
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El delincuente los revisó y disparó contra los estudiantes Miguel Omar Arteaga Cabrera, Jorge Gustavo Martínez Olivo, Héctor Antonio Sarmiento y su hermano Sergio, luego de que se resistieron al asalto.
Carlos Esquivel Martínez, alumno de Ciencias Políticas de la UACM y compañero de las víctimas, narró así en la procuraduría capitalina la forma en que ocurrió el crimen la noche del martes en la unidad habitacional El Arbolillo I de Cuautepec, lo que permitió elaborar dos “retratos hablados” de los sospechosos.
Ese lugar de Gustavo A. Madero es conocido como El Cuadro y los asaltos a mano armada son frecuentes ante la indiferencia de autoridades, aseguraron vecinos.
Según el testimonio de Esquivel Martínez, quien resultó ileso y quedó descartado como autor del multihomicidio luego de que policías le hallaron una pistola hechiza, ese martes descansó de su trabajo como repartidor de periódicos.
Se reunió con sus amigos Miguel Omar, Jorge, Héctor y Sergio para beber después de que salieron del plantel Cuautepec de la UACM.
Estaban afuera de la casa de Miguel, a unos 15 minutos de distancia de la escuela; escuchaban música y convivían.
Alrededor de las 23:30 horas del 2 de abril se acercaron tres sujetos a pie, uno de ellos preguntó si vendían “vicio” (droga).
Los estudiantes los ignoraron, por lo que sacó un arma de fuego para amenazarlos; los hermanos Héctor y Sergio se molestaron también y se resistieron al asalto.
El asesino disparó y logró balear a cuatro; Carlos Esquivel pudo huir y esconderse.
En el Cuarto Andador de Río San Joaquín y Primer Andador Tenayuca murieron Miguel Omar y Jorge Gustavo; al hospital de Ticomán fueron trasladados Sergio y Héctor, quien falleció en ese lugar.
Una llamada al 911 alertó a las autoridades que se escucharon varios disparos de arma de fuego; al llegar la policía encontró a las víctimas en el piso y detuvo a Carlos Esquivel, de 32 años, quien portaba un arma hechiza y cuenta con antecedentes penales por robo calificado.
La procuraduría capitalina dejó en libertad bajo reservas de ley a este hombre por la posesión de la pistola de manufactura casera, que es de cañón de metal calibre 22, toda vez que el delito imputado no amerita prisión preventiva oficiosa.
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Se le descartó como implicado en el triple homicidio debido a que los casquillos hallados en el lugar del crimen no tienen coincidencia con el calibre de la pistola asegurada.
El Ministerio Público local envió un desglose de la carpeta de investigación a la Procuraduría General de la República por tratarse de hechos de su competencia.
La procuraduría capitalina trata de establecer en los videos de las cámaras de seguridad si los agresores de los estudiantes tuvieron algún contacto o altercado con ellos desde que salieron del plantel de la Universidad hasta el sitio del homicidio.
El titular de la dependencia, Edmundo Garrido, aseguró que todas las líneas de investigación permanecen abiertas y no se descarta ninguna hipótesis. Entre éstas tentativa de robo, una posible riña, actividad de narcomenudeo o venganza por cuestiones personales.
“Las líneas de investigación todas están abiertas en este momento no se descarta esa hipótesis de que pudiera ser una tentativa de robo y que las víctimas efectivamente se hayan resistido, estamos investigando, estamos ubicando más testigos, cerca de donde ocurrieron los hechos.
El procurador agregó que mantiene contacto permanente con el rector de la UACM, Hugo Aboites, para ampliar las investigaciones del caso, asentadas en la carpeta de Investigación CI-FGAM/GAM-2/UI-1C/D/01029704-2018.
En un comunicado, la institución desmintió versiones de que Sergio Antonio había fallecido; al cierre de la edición permanecía grave.