La Policía Federal en coordinación con el Cisen y PGR capturaron en un fraccionamiento residencial de Cuernavaca, Morelos, a Francisco Salgado Valladares, ex subdirector de la Policía Municipal de Iguala, Guerrero, quien era buscado desde octubre de 2014 como presunto responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Valladares es un personaje clave en la investigación que realiza la PGR porque se presume que es uno de los mandos que ordenó detener a los estudiantes en Iguala, quienes después tuvieron un fin trágico en el basurero municipal de Cocula, Guerrero.
La PGR cuenta con testimonios en el sentido de que Salgado Valladares recibía 600 mil pesos mensuales por proteger las actividades del grupo criminal Guerreros Unidos, éste último que ejecutó y calcinó a los estudiantes, cuyos restos arrojó al río Cocula, en septiembre de 2014.
Al respecto, a través de un comunicado conjunto, el gobierno federal informó que Salgado Valladares estuvo oculto en domicilios de sus familiares en Guerrero y Morelos, lo que permitió saber que se planeaba una reunión en Cuernavaca.
En seguimiento a estas investigaciones, elementos federales detectaron un vehículo sin placas que se aproximaba al lugar referido.
Una vez que se validó la presencia de Valladares, se procedió a su captura sin que se realizara disparo alguno. Al momento de la detención, tenía en su poder cartuchos para fusil AK-74.
Contra Valladares existen dos averiguaciones previas por diversos delitos, entre ellos, delincuencia organizada y secuestro.
En declaraciones de elementos de las policías de Iguala y de Cocula, se señala al ahora detenido de ser quien ordenó a César Nava González, ex subdirector de Seguridad Pública Municipal de Cocula, el traslado de un número aproximado de 13 estudiantes a la Loma de los Coyotes, para ser entregados a Guerreros Unidos.
A la PGR aún le falta por capturar a Felipe Flores Velázquez, ex secretario de Seguridad Pública de Iguala, quien al igual que Valladares participaron en la detención de los normalistas, la cual derivó en su secuestro y ejecución a manos de Guerreros Unidos.
En una conferencia realizada el 27 de enero, los familiares de los normalistas desaparecidos dijeron que el caso Ayotzinapa no podía cerrarse, pues falta la detención del "máximo responsable de la corrupta policía de Iguala, Felipe Flores Velázquez" y su cómplice y subalterno Francisco Salgado Valladares.