“Hicimos una intervención de la policía del municipio de La Huerta. Existe una investigación muy delicada por desaparición forzada [...] en la que muy probablemente algunos elementos de la policía de La Huerta puedan estar involucrados”, fueron las palabras con las que recientemente el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, dejó entrever un problema que desde años atrás aqueja a su estado: la debilidad institucional de sus policías municipales.
El caso específico al que se refiere el mandatario estatal se sitúa en La Huerta, un municipio ubicado en la región Costa Sur de Jalisco, una zona en donde se ha registrado una alta influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En julio, un mapeo realizado por MILENIO expuso que en 31 de los 125 municipios que conforman al estado, miembros de sus comisarías habían sido detenidos y procesados por su participación en el delito de desaparición forzada, no obstante, casos de abuso de autoridad o presunta cooptación con el crimen organizado también han motivado la intervención estatal y hasta federal en las dependencias municipales.
El legado de Aristóteles Sandoval
El poderío que la organización delictiva que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, ha acumulado en México se explica por muchos factores, uno de los más importantes: la corrupción e intimidación de autoridades de los tres niveles de gobierno.
En un informe de 2024, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) señaló que el pago de sobornos y amenazas a las autoridades permitía al Cártel Jalisco Nueva Generación operar con relativa impunidad su lucrativo negocio de trasiego de drogas en el país.
Jalisco, al consolidarse como su bastión, ha vivido las consecuencias del control que la organización criminal ha buscado consolidar de modo que, en mayor o menor medida, el CJNG se ha infiltrado a distintas corporaciones policíacas, específicamente a las municipales.
Al tiempo que el también llamado cártel de las cuatro letras ascendía a la cúpula del hampa mexicano, a la gubernatura de Jalisco llegó Aristóteles Sandoval, un político priísta en cuyo gobierno la seguridad tuvo un rol sobresaliente toda vez que, tan solo una semana después de asumir el cargo, su secretario de turismo, Jesús Álvarez Gallegos, fue asesinado a balazos en Guadalajara.
Del mismo modo, durante su administración, el Cártel Jalisco Nueva Generación derribó un helicóptero de las Fuerzas Armadas en Villa Purificación luego de un fallido operativo que tenía como objetivo la aprehensión de su líder Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
Mientras el cártel de las cuatro letras mostraba su músculo, el gobierno estatal recurrió a una estrategia que se replica una década después: la intervención de las policías municipales.
De acuerdo con reportes periodísticos de la época, Aristóteles Sandoval ordenó que, en coordinación con la fiscalía estatal, elementos de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) tomaran el control de diversas policías municipales ante la sospecha de posibles infiltraciones del crimen organizado.
Cocula, Pihuamo, Jilotlán de los Dolores, Casimiro Castillo, Villa Corona, Villa Purificación y Unión de Tula fueron algunos de los municipios en los que elementos de sus comisarías fueron desarmados y sometidos a exámenes de confianza para determinar si existía algún tipo de colusión con el crimen organizado.
En palabras del ex mandatario estatal, la intervención a las policías municipales era una estrategia de seguridad a la que se recurrió luego de que se realizó un análisis minucioso a distintos municipios. El exgobernador de Jalisco continuó con dicho plan hasta finales de su mandato en 2018 cuando ordenó también la intervención de las comisarías de Encarnación de Díaz y Tlaquepaque.
EL DATo...El asesinato de Aristóteles Sandoval
Dos años después de que concluyera su gobierno, en 2020, el ex gobernador de Jalisco fue asesinado en un restaurante de Puerto Vallarta. Investigaciones de autoridades tanto mexicanas como estadounidenses ligaron el crimen al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Las policías intervenidas de Jalisco
La estrategia que Aristóteles Sandoval potenció en Jalisco se ha mantenido en los últimos cinco años. En 2020, la Policía del Estado, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional desarmaron a las policías municipales de Jalostotitlán y Poncitlán luego de analizar información obtenida a través de mecanismos de inteligencia, los cuales alertaron sobre abusos, excesos y sospechas sobre el comportamiento de sus elementos.
"Dicha intervención servirá para que el personal de las comisarías atraviesen por un proceso de reevaluación durante 15 días; en este proceso recibirán capacitación en materia de derechos humanos, uso adecuado de la fuerza, exámenes de control de confianza, antidopaje, lineamiento de cumplimiento de la licencia colectiva y demás requisitos para ejercer la función policiaca", detalló el gobierno de Jalisco sobre la diligencia.
Ese mismo año también fueron desarmados e investigados alrededor de 160 miembros de la comisaría de San Juan de los Lagos por sus posibles nexos con la delincuencia organizada, por lo que fueron sometidos a pruebas de control y confianza. En dicho caso, según refieren reportes periodísticos, fue la Fiscalía General de la República (FGR) la encargada de intervenir la dependencia.
En Ixtlahuacán de los Membrillos la situación fue distinta. Si bien también su comisaría fue intervenida por agentes estatales y municipales, la razón principal de la diligencia no fue la cooptación de sus integrantes con el crimen organizado, sino más bien un abuso de autoridad que derivó con el fallecimiento del ciudadano Giovanni López, quien presuntamente fue detenido por no utilizar cubrebocas.
En 2021, de los 29 elementos que conformaban la comisaría municipal de Mezquitic, siete fueron detenidos al ser vinculados con delitos como desaparición forzada, secuestro, cohecho, abuso de autoridad, homicidio, entre otros. Los arrestos se llevaron a cabo luego de que autoridades estatales y federales intervinieran la dependencia.
Las comisarías de Colotlán y Villa Guerrero también se suman al listado de las dependencias intervenidas, en ambos casos fueron irregularidades como la carencia de certificado y de licencias para portación de armas las que motivaron la diligencia. Incluso, trascendió que no existía registro de algunos de los policías que se encontraban activos.
La estrategia de seguridad de Aristóteles Sandoval se mantuvo hasta este 2025. En febrero, las comisarías de Teocaltiche y Villa Hidalgo fueron intervenidas como parte de la investigación que se llevaba a cabo por la desaparición de ocho agentes municipales. Reportes de medios locales apuntan que, entonces, la hipótesis que se sugería era que miembros de las dependencias estaban coludidos con el crimen organizado y habían participado en el ilícito.
Municipios como Villa Hidalgo, Teocaltiche, Encarnación de Díaz y Ojuelos de Jalisco conforman la única zona del estado que mantienen en disputa el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, por lo que las fuerzas del orden de la región no sólo están en constante vigilancia sino que también suelen ser vulnerables a agresiones o intimidaciones de ambas organizaciones delictivas.
Las comisarías de Tala y de Teuchitlán también entraron al radar de autoridades estatales y municipales luego de que el colectivo Guerreros Buscadores revelara los horrores del Rancho Izaguirre, un predio que de acuerdo con investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) era utilizado por el cártel de las cuatro letras como un centro de adiestramiento.
La siguiente comisaría en ser intervenida fue precisamente la de La Huerta y, nuevamente, por el presunto involucramiento de al menos uno de sus elementos en el delito de desaparición forzada. Cabe señalar que algunas de las policías municipales mencionadas han sido intervenidas en más de una ocasión, lo que enciende las alertas sobre su eficacia y debilidad institucional.
En tanto, la estrategia de seguridad que Aristóteles Sandoval heredó a Jalisco continúa revelando cómo el Cártel Jalisco Nueva Generación poco a poco se infiltró en diversos municipios que terminaron por consolidar al estado en su bastión.
ATJ