Supongo que la forma de ver el mundo cambió para siempre cuando los hombres que enfermaban en vez de buscar a los dioses comenzaron a buscar a los médicos. Aún no se sabe con certeza quién fue el primer sanador profesional. Algunos creen que los sacerdotes Assipu en Babilonia, Imhotep en Egipto o Asclepio en Grecia. Sea como fuere, lo cierto es que el don de sanar no se le da a cualquiera, por eso cada año en el IMSS celebramos contar con nuevos médicos y médicas.
Al clausurar e inaugurar el ciclo académico 2023-2024, y con la presencia del director general del Instituto Politécnico Nacional, el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, el secretario general del IMSS, directores normativos y con la representación de 5,600 especialistas que se graduaron y 10,599 de nuevo ingreso, hablé de los importantes avances y desafíos que se tienen en materia de formación.
Desde que llegamos al IMSS nos planteamos mejorar la infraestructura y los cursos que brindamos. Mientras en 2019 el Seguro Social ofertó 4,637 espacios para residentes, para 2020 fueron 5,800. Y la tendencia continuó: en 2021 el número fue de 8,300 y para 2022 llegamos a 9,040 en 70 especialidades médicas, de las cuales 24 son de entrada directa o troncal, 45 indirectas o de rama, y una especialidad odontológica. Se trata de casi el doble (95 por ciento) de lo ofertado al inicio. Si en 2016 había 11 mil 907 residentes, en 2023 tenemos la cifra récord de 24 mil 212 personas en formación.
En cuanto a calidad y dignidad, hoy contamos con más y mejores cursos y sedes académicas en los tres niveles de atención. Tenemos 396 sedes, casi el doble (98por ciento) de las 200 que teníamos en 2019. Para el ciclo académico 2023-2024 se abrirán 107 cursos nuevos en 60 unidades médicas. Además, en los últimos dos años se han invertido 425 millones 551 mil pesos en tareas de conservación de áreas de descanso, aulas y espacios de estudio.
Para llegar a los lugares más apartados, a donde nadie quiere ir, es la hora de las y los residentes. Es la hora de unir a internistas, cirujanos, anestesiólogos, pediatras, ginecólogos, urgenciólogos, epidemiólogos y médicos familiares para que acudan al llamado, toquen vidas y transformen realidades.
¿Cómo? A través de la rotación de campo que llevan a cabo los residentes en su último año de formación. Para ellos, hemos integrado nuevas sedes del Programa IMSS Bienestar para que puedan acudir a formarse en zonas rurales, de alta marginación y con enormes necesidades.
Por eso es tan importante dar certezas y evitar la especulación. Abrimos un espacio para escuchar preocupaciones sobre sedes nuevas; se trabaja en la actualización del Protocolo del Programa IMSS Bienestar para prevenir, mitigar y evitar situaciones de riesgo por temas de inseguridad, además trabajamos coordinados con autoridades locales y municipales para protegerlos. Así todos los residentes estarán preparados para saber qué hacer en situaciones de inseguridad, cómo atender a pacientes con lesiones producidas por actos de violencia, qué hacer en caso de recibir amenazas, golpes o lesiones con armas o en amenazas de bomba.
A estos apoyos se sumó otra dimensión: el IMSS Bienestar asegurará la estancia, alimentación y traslado desde el inicio y hasta el término de la rotación. En cuanto a los viáticos y traslado contarán con apoyo económico de 7,482 pesos por adelantado. Cuando el hospital no cuente con sus respectivas áreas y servicios, se otorgará una compensación económica adicional de 4,800 pesos mensuales.
Con las y los residentes y la corresponsabilidad del Seguro Social se cumple aquella máxima hipocrática: donde quiera que se ama el arte de la medicina, se ama también a la humanidad.
Zoé Robledo@zoerobledo