En Tamaulipas se cuenta con más de 70 mil maestros, repartidos entre la base de la Secretaría de Educación Pública y otra parte dentro de la nómina del Gobierno de Tamaulipas, vía al SET. Aunque en los últimos se maneja como una “estructura diferente”, la autoridad federal los considera dentro de su ámbito.
Todos, sin excepción, cuentan desde mayo pasado con un aumento de sueldo del 3.5 por ciento. Antes del periodo vacacional de verano, a principios de julio, se les reflejó a profesores de nivel básico y administrativos federales. Al resto, todos estatales, se les argumentó igualarlo en agosto, cuando el nuevo ciclo se pusiera en marcha.
Ese retroactivo, junto con prestaciones como apoyos en útiles escolares de sus hijos, no llegó a sus cuentas bancarias conforme a lo planeado, ni el 31 de agosto y menos el pasado 15 de septiembre. Las sospechas de esta retención, al coincidir con el fin de la administración de Francisco García Cabeza de Vaca, son muy altas, variadas y hasta perversas.
Y aunque el tema es un asunto menor dentro de los “Vientos de Cambio” (sistema por caducar el 30 de septiembre), hasta minimizarlo por todos los medios posibles, deja un mal precedente en la imagen del mandatario panista, del dirigente de la Sección 30 del SNTE, Rigoberto Guevara Vázquez y de la representante del Instituto para la Previsión y Seguridad Social (Ipsset), Blanca Valles.
Los tres son señalados por los “profes” y “teachers” de lo peor, por obstruir la ministración desde el gobierno federal de 17 mil pesos en promedio para cada uno, por no resolver y meterse con una prestación ganada por el servicio de darle conocimientos a miles de niños y jóvenes.
La promesa de Mario Gómez Monroy, titular de la SET e involucrado en esta situación, es darle el dinero lo más pronto posible. Los afectados aplazaron al gobierno estatal para hoy contar con ese recurso; de no darse, alistan un plantón en Palacio de Gobierno.
En términos generales, esa es la despedida del magisterio a García Cabeza de Vaca. Es y por mucho, el final polémico de una “relación irreconciliable” entre el personaje y el sector. _
