La LXV Legislatura está a nada de convertirse en un frente de batalla. Quedó a un lado el debate de ideas y los asuntos se resolverán a la antigua, es decir, como "cuando los hombres eran hombres": hacerse a un lado el saco, quitarse corbatas, arremangarse las camisas y, a puño limpio, arreglar las notables diferencias.
Ya es grave la polarizante situación en el parlamento tamaulipeco, con dos frentes muy marcados y que desde el primer día dio una clara línea de una polarización constante e interminable. Incluso, llegó a un grado de hartazgo y predecibilidad cuando se debe tomar algún tema en específico, por muy relevante o insignificante que sea para el ciudadano.
Está muy claro que el choque entre el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Acción Nacional, ambos con sus aliados, sus enojos, sus traiciones internas, su amplio y a la vez limitado criterio, no será arreglado ni por el papa Francisco o el Dalai Lama, pero querer hacerla de tos por la cosa más diminuta, ya es risible.
Más o menos así se han comportado desde el 1 de octubre del 2021, ahora que cada grupo parlamentario ha visto las dos caras de la moneda: ser gobierno y después oposición, No hay novedad alguna. Lo hemos visto en sesiones, comparecencias, actividades solemnes y hasta en las charlas de comisiones; qué decir en los pasillos.
Aunque la estafeta de la Junta de Coordinación Política pasó de Félix García a Úrsula Salazar Mojica (dicho con toda seguridad entre estos personajes, el trato es terso, muy cordial) con los compañeros de curul la cosa es totalmente opuesta. Vaya, podemos nombrar equis cantidad de parejas tóxicas y ninguna se comparará con estos legisladores.
Y todavía falta mucho. Vendrá esta semana la presencia de funcionarios importantes del gabinete del Américo Villarreal Anaya, entre ellos en materia de seguridad.
Todavía falta la insistencia guinda por cambiar al fiscal anticorrupción y a esto, le vamos a sumar las intenciones de muchos por buscar reelegirse u otro cargo público mayor en el 2024.
Lo cierto y, aunque pueda venir el reclamo, en general la presente Legislatura le quedó muy grande a sus actores. Tamaulipas no se los merece, pero es lo que hay.