Después de 70 años, el Reino Unido entra a una nueva era para el país. Este 6 de mayo, se llevó a cabo la Coronación del Rey Carlos III, a sus 74 años. Su madre, la Reina Isabel II reinó las tierras desde mediados del siglo XX, y llegó a experimentar diferentes sucesos históricos y avances tecnológicos a lo largo de su mandato.
El fallecimiento de la emperatriz marca un antes y un después para la historia del Reino Unido, y deja unos zapatos muy grandes por llenar por su hijo mayor. El pueblo y el mundo entero, se encuentran a la expectativa por lo que el monarca pueda lograr, no solamente en la nación que reina, si no también en temas sociales, políticos y económicos con el resto del mundo.
Es innegable la importancia del Reino Unido en el escenario a nivel mundial, continúa siendo una de las principales potencias y aliado del mundo occidental.
En una época en la que los jóvenes tienen una voz importante en cuanto a la influencia de temas y decisiones trascendentales, como el calentamiento global, la economía y la igualdad, caben las siguientes preguntas.
¿El rey podrá conectar con sus súbditos jóvenes, y apelar por las causas que les interesan?, ¿Hubiera sido mejor tener un rey más joven, (cómo podría haberlo sido el príncipe William? ¿Podrá el emperador superar el escrutinio de la imagen pública que lo ha caracterizado toda su vida, viviendo siempre a la sombra de su madre?
Toca esperar lo que el rey Carlos logrará realizar en su periodo, siempre esperando y confiando en que hará lo mejor por su pueblo y por el resto del mundo.
Las relaciones entre Inglaterra y México, como sucede entre dos naciones, ha sido de altibajos, siendo uno de las más críticas cuando se llevó a cabo la expropiación petrolera, por obvias razones.
Actualmente ambos países sostienen un tratado de libre comercio y entre otros aspectos, busca fomentar el aumento de la inversión británica y el comercio digital.
Un modelo antiguo, pero confiable, es lo que puede representar el ascenso del rey Carlos.
