“El carácter se produce en el
gran laboratorio diario del deber”
Thomas W. Wilson
Recientemente, el conductor de un noticiero nacional abiertamente dijo, que no se debía hacer caso al subsecretario de salud federal, porque las ruedas de prensa que daba eran irrelevantes, y que las cifras de enfermos y fallecidos no coincidían con las de los estados, lo que derivó en una sanción por la Secretaría de Gobernación, al tratarse de un llamado a desobedecer a una autoridad.
Actores y personajes de la vida pública, así como algunos gobernadores, incluyendo a dos del partido de AMLO, han solicitado al gobierno, apoyar con dinero y con equipos de protección, a los médicos y trabajadores de la salud, que hoy hacen su trabajo con verdadera vocación, pero sin las mejores condiciones de seguridad.
Por otro lado, los gobernadores del PAN, solicitaron que de manera urgente, se implemente un programa de emergencia económica para esta crisis, puesto que los créditos de 25 mil pesos que se ofrecen, no son suficientes para ningún pequeño empresario; y aunque se diga que se generarán 2 millones de empleos y que se protegerá al 70% de los mexicanos, simplemente no se dice, cómo le van a hacer, y pareciera discurso de campaña.
Hace unos días, en diversas redes sociales se hacía un llamado a dejar de pagar impuestos federales ante la cerrazón del gobierno en brindar propuestas reales de apoyo a los empresarios; y en paralelo, algunos gobernadores, le pidieron a la Federación, que se cambien las reglas de la distribución de las participaciones, correspondientes a la recaudación de los impuestos federales, que se hace conforme a la Ley de Coordinación Fiscal.
No hay duda, es necesario cambiar el esquema de la distribución del dinero que se recauda, ya que solo se reparte en los estados un 20% y de forma desproporcionada; pero no solo eso, a principios de abril se publicó un decreto presidencial por el que se desaparecen todos los fideicomisos y mandatos públicos y se ordena concentrar el dinero en la tesorería de la federación, es decir varios millones de pesos, de los cuales valdría la pena saber su destino.
Y en esta misma semana, el Presidente anunció su intención, de que los créditos del Infonavit se otorguen de manera directa a los trabajadores, señalando a los constructores de vivienda como enemigos de los trabajadores; sin tomar en cuenta, que en caso de que se materialice dicha medida, en lugar de ayudarles, les va a complicar su “sueño” de tener su vivienda, al someterlos a una serie de trámites y supervisiones, que quizás les resulten hasta más costosas, tanto en tiempo como en dinero.
Una vez más la película se repite; por lo malo que hayan hecho algunos, se toman decisiones absolutas y generalizadas, sin tener una alternativa estudiada y viable, lo que puede llevar a que la propuesta fracase, y desafortunadamente, en lo que va del sexenio, ejemplos hay muchos.
AMLO y su equipo, han quedado rebasados por esta situación que nunca imaginaron vivir, porque mientras regatean recursos para la salud y para la economía de todos los mexicanos, sus proyectos como el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, siguen adelante.
Es evidente que el objetivo de este gobierno, no coincide con el de la mayoría de mexicanos; pero tampoco es momento de pelearnos o de hacer llamados a desobedecer la ley, hagamos lo que nos corresponde, sin dejar de señalar los desaciertos, no perdamos la esperanza de que AMLO, tome consciencia de su responsabilidad y recapacite.
*Abogado y Maestro en Derecho Constitucional y Amparo. Magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa 2010-2017