Cultura

Eso es tramposo

En el mes de junio del 2017, recibí invitación para impartir una plática sobre Autismo a catedráticos de una prestigiada institución tecnológica de La Laguna. 

Al final de la charla los asistentes quedaron más inquietos que sensibilizados. 

Tenían en planes arrancar la elaboración de un diseño enfocado atender los retos de las personas con autismo, que permitieran y/o facilitaran su inclusión en la sociedad y querían ideas de objetos para ese fin, pero les contesté que Proyecto Autismo San Roberto no le apostaba a ello. 

Más de uno se frotó la barbilla.

Probablemente usted, amable lector, esté igual de extrañado, pero el asunto es sencillo: las personas con autismo no solo tienen la posibilidad sino el derecho de participar en la sociedad con o sin el manejo de aplicaciones, con o sin los cursos de robótica, con o sin el tablero de historias sociales incluso con o sin una matrícula escolar.

Por supuesto que el uso de aplicaciones a través de la tablet, su asistencia a cursos de robótica y la incursión a una institución educativa encaminan a las personas con autismo a desarrollar su potencial neuronal, físico, lingüístico, de comunicación y sensorial, por ejemplo; por encima de sus retos, sin duda. 

El desafío acá es reconocerles su derecho a ocupar un espacio en la familia, en la sociedad y en la escuela aún sin todo lo anterior.

Entonces los cuestioné, ¿Cuántas personas con autismo ocupaban un lugar en las aulas de esa prestigiada institución tecnológica? Ninguna.

¿Cuántas personas con autismo se encontraban empleadas en el área de administración de esa institución? Ninguna. O cafetería o intendencia: Ninguna.

Nos ocupamos en llenar la currícula de la materia con la idea de un diseño para la comunicación aumentativa y/o facilitar el tema de relaciones sociales, pero no contemplamos su incursión en el aula o la empleabilidad dentro de la institución. Eso es tramposo.

En recientes días se ha dejado ver en redes sociales un buen número de opciones de regalo en Navidad a las personas con autismo ¡qué difícil! Pero en realidad en el día de Noche Buena no las vemos ocupar un lugar en la celebración del Rosario (quienes lo acostumbran) en la mesa en el momento de la Cena y a veces Santa se olvida de ellos. 

Eso es tramposo.

La elaboración de un diseño tecnológico o la entrega de regalo, no debería sustituir su valiosa presencia de las personas con autismo en la escuela, en el trabajo o en el hogar.

Hágale pues la herramienta tecnológica, regálele ese material didáctico, pero no supla el objeto por su ausencia en esta Navidad. Son ellas y siempre ellas la razón de la inclusión. Primero Persona.

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Verónica Rocha
  • Verónica Rocha
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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